Adelanto de la Audiencia en balnearios sureños
El tacho lleno de agua potable es el símbolo de la felicidad incompleta, de la paradoja de vivir entre el paraíso y el infierno: hermosas playas junto al desierto, que solo regala agua para consumo humano unas dos horas al día en promedio y no a todas las casas.
Esta es la realidad que comparten los distritos de Punta Hermosa, Punta Negra y San Bartolo y de la que se escapa por un pelo Santa María del Mar.
Willington Ojeda, alcalde de Punta Hermosa, debutante en la gestión municipal, dice que el Estado no mira a su distrito como tal sino como un balneario.
Según él, esta es la razón principal por la cual Punta Negra carece de agua y desagüe. “La mayoría de la gente tiene tanques de cinco cilindros, unos 10 mil metros cúbicos de agua, que los aguateros llenan por 40 soles. La Municipalidad los apoya al cobrar 10 soles por tanque, pero no se puede ayudar a todos. Las casas tienen silos, que hay que limpiar cada vez que rebosan”, explica el burgomaestre.
Carlos Fernández, alcalde de Punta Hermosa por segunda vez, distrito que cuenta con algunas redes de agua y desagüe, dice: “La falta de agua y el poco apoyo de Sedapal para resolver nuestros problemas de alcantarillado, que la municipalidad ha tenido que enfrentar, nos impiden dar el gran salto que deseamos”.
Jorge Luis Barthelmess, que inicia su cuarta gestión como alcalde de San Bartolo, comenta que su municipio ha invertido en redes de agua y alcantarillado para casi el 100% del distrito. “Nosotros logramos que nos otorgaran la factibilidad del servicio para conectarnos a las redes de Sedapal, por eso es que prácticamente todas las urbanizaciones tienen agua pero racionada. Una o dos horas al día, pero por lo menos tenemos agua. Los desagües a través de las plantas de tratamiento en las cuales Sedapal ha invertido para descontaminar el mar y reutilizar las aguas servidas en el riego de áreas verdes”, dice.
Una solución para 25 años
Las exiguas cantidades de agua potable disponibles en Punta Hermosa, Punta Negra y San Bartolo provienen de 7 pozos de Sedapal ubicados en el distrito de Lurín.
La Asociación de Propietarios del distrito de Santa María del Mar suministra el servicio de agua potable a través de un pozo ubicado en el valle de Chilca. “Si bien en la actualidad el sistema permite brindar el servicio las 24 horas del día, no se dispone de una fuente de abastecimiento adicional que le permita cubrir la demanda futura. El distrito cuenta con un sistema de alcantarillado que recolecta las aguas residuales y las conduce a una planta de tratamiento, cuyo efluente es empleado para el riego de áreas verdes”.
La información proviene de la empresa española Técnicas de Desalinización de Aguas S.A. que se adjudicó la concesión por 25 años del Proyecto Provisión de Servicios de Saneamiento para los Distritos del Sur (Provisur), que iniciará en diciembre de este año la construcción de una planta que desalinizará el agua del mar para abastecer de agua potable a las cuatro comunas.
Crecimiento inmobiliario
El avance inmobiliario continúa imparable en los cuatro distritos. Los precios de los terrenos, a pesar de las carencias de agua, suben como la espuma de las olas del mar. El alcalde Barthelmess cuenta que el metro cuadrado en su distrito bordea los 1.500 dólares. “Antes uno podía encontrar una casa de 500 metros a 40.000 dólares. Hoy se consigue a 500 mil dólares”, expresa.
Si bien tienen en común la belleza de su litoral y la escasez de agua, la realidad en estos distritos no es la misma. Santa María del Mar crece de manera satisfactoria mientras que Punta Negra es la cenicienta: No tiene una posta que atienda las 24 horas ni biblioteca.
Aquí la versión impresa de lo publicado en la página Democracia de El Comercio, del 28.1.15.