Contratenor Philippe Jaroussky canta con una beluga
(Concha Tejerina – Las Provincias) La música es un lenguaje tan universal que dos especies tan distintas como el hombre y la beluga, uno de los cetáceos que emite más cantidad y variedad de sonidos, han podido interactuar hoy para “interpretar” una melodía. Este momento, calificado como mágico por muchos de los presentes, se ha vivido hoy en el Oceanográfic de Valencia, donde el contratenor francés Philippe Jaroussky y Yalko, una beluga de entre 15 y 20 años, han demostrado que existe una forma de comunicación entre un ser del mar y uno terrestre que, de alguna forma, acaba convergiendo.
Conocidas como los “canarios del mar” por su complejo repertorio de gorjeos y chasquidos que pueden ser oídos dentro y fuera del agua, las belugas pueden llegar a emitir hasta 32 sonidos, algunos muy parecidos a los que emite el ser humano.
Antes de iniciar el “diálogo musical”, el contratenor ha tenido un primer contacto con la beluga a través del cristal y, posteriormente, ha subido a una plataforma sobre el agua y arrodillado, ha comenzado a interactuar con ella, primero emitiendo algunas escales musicales y después interpretando diversas arias barrocas durante unos veinte minutos.
Jaroussky, considerado “el Farinelli del siglo XXI”, aceptó este reto tras ser animado por la soprano Cecilia Bartoli, quien durante una visita privada al complejo valenciano tuvo contacto directo con las belugas y descubrió que estos cetáceos realizaban distintos sonidos según las partes de su cuerpo en los que eran acariciados.
Phillipe Jaroussky y su agrupación Artaserse, llegarán a Lima por primera vez el 15 de noviembre para un concierto cerrando la temporada de abono de la Sociedad Filarmónica de Lima.