“No hay ladrón que por bien no venga”: una comedia musical para toda la familia
La divertida obra del escritor italiano Darío Fo es llevada a las tablas para contarnos las aventuras de un ladrón que ingresa a una lujosa residencia aprovechando la ausencia de sus dueños.
ARGUMENTO
“No hay ladrón que por bien no venga” nos cuenta las peripecias de un ingenuo malhechor que intenta robar el domicilio de una familia adinerada en compañía de su amante. Pero, para su mala suerte, a los pocos minutos de haber ingresado a cometer el delito llega Anna, la dueña de la casa. Esto desencadenará un sinfín de situaciones así como una confusión de identidades.
Dirigida por Rafael Sánchez Mena y con las actuaciones de Paco Varela, Leslie Moscoso, Trilce Cavero, Nico Ames, Patricio Villavicencio, Carmela Tamayo y Clemen Morales, esta obra, que cuenta con canciones y mucha música, se monta en el auditorio del Instituto Italiano de Cultura.
Lugar: Auditorio del Instituto Italiano de Cultura. Av. Arequipa 1055, Santa Beatriz.
Fecha: Hasta el 29 de agosto.
Horario: Viernes a domingos a las 8.30 p.m.
Precio: S/. 25 entrada general, S/. 15 estudiantes S/. 12 mayores de 65 años. De venta en la boletería del local.
Más teatro: Actualmente los amantes del teatro también pueden ver la comedia musical “La jaula de las locas”, montaje en el que actúan Diego Bertie y Carlos Carlín; “La reina de la belleza de Leenane” ; una obra sobre una tormentosa relación entre una madre y una hija interpretadas por Graciela Paola y Norma Martínez; “Una hora de felicidad”, obra dirigida por Ruth Escudero que trata sobre la vida de una mujer humilde y de un personaje adinerado y seductor que podría abrirle la puerta de su corazón; “Por una flor”, obra en código claun que pretende crear conciencia sobre la importancia de cuidar nuestro planeta; “La Puerta del cielo” una conmovedora puesta en escena escrita y dirigida por Alfonso Santistevan que habla sobre el tiempo, la amistad, los recuerdos de la infancia y principalmente aquellas costumbres criollas de todos los peruanos; y “El celular de un hombre muerto”, obra que nos hará reflexionar sobre el estrecho límite entre lo privado y lo público y la obsesión de los seres humanos por estar cada vez más comunicados en el mundo contemporáneo.