Universitario: cinco preguntas que dejó el Clásico
1. ¿La ‘U’ jugó su mejor partido del año?
Por momentos, el clásico del domingo se pareció al de abril del año pasado, cuando el marcador señaló un 3-0 que pareció demasiado escueto para lo que se vio en el campo de juego. Los veintipicos buenos minutos que se había mostrado ante San Martín esta vez llegaron a 78, con altibajos, pero con una intensidad que establecía diferencias frente a un rival por momentos timorato.
Quintero y Corzo por derecha, Vásquez y Vargas por izquierda, Siucho amagando por dentro, Osorio peleando contra los centrales (y su falta de rodaje), una defensa medianamente ordenada. A trompicones, pero presionando, tratando de que la transición al campo contrario sea rápida, la ‘U’ sometió a Alianza y debió irse con una ventaja clara en el primer tiempo.
Pero el edificio construido con tanto esfuerzo tenía varios tabiques sueltos, y a la primera se empezó a desmoronar.
Schuler es un chico corajudo, hincha como el que menos. Tras el partido escribió un sentido post en su cuenta de instagram pidiendo disculpas por sus errores. Es uno de los pocos del plantel a quien en la concentración puedes ver con un libro en la mano y no pegado al celular con el último video de youtube.
Todo eso no le quita que sea un defensor muy limitado con el balón o sin él. Y eso se paga caro: en el primer gol se comió todos los amagues de Quevedo y en el segundo se lanzó sobre Hohberg como un novato cualquiera.
¿Solo por errores individuales se perdió el partido? No. Pero es evidente que con un plantel remendado no se puede aspirar a mucho. En cualquier momento puede fallar una pieza y en el banco no hay alternativas para compensar.
2. ¿Debió entrar Huamantica?
Huamantica ingresa en momentos en que el mediocampo pedía aire. En banca estaba Romero; sí, el odiado Romero. Ante la falta de alternativas, era el cambio ideal para hostigar e intentar quitarle el balón a Alianza. Aquí se equivocó Troglio. Para mayor tragedia, a los pocos minutos vino el penal y el equipo se cayó anímicamente. El desorden fue mayúsculo, al extremo que, como Carbonell en los 80, Benincasa terminó de 9.
Y Huamantica es un jugador irregular, poco claro y muy liviano.
3. ¿Al fin le darán la razón a Troglio por no usar a Balbín?
Muchas decisiones de Troglio son controversiales, hasta incomprensibles. Sin embargo, en esta hay que darle la razón: por meses, aquí y en otros foros se ha exigido la presencia de Balbín. Y Adán, a quien a principios de año vimos entrenando a solas, buscando ponerse a punto fisicamente, no dio fuego. Como primer pase se lo vio dubitativo e impreciso, y en la jugada del tercer gol, Pozito lo saca con el cuerpo como si fuera un principiante.
El técnico, sea quien sea, siempre sabe más que cualquier simpatizante o periodista. Sí, también se equivoca, algunos demasiado. Pero aquí parece que acertó.
4. ¿Fernández debió ser reemplazado?
Raúl atajó lesionado, no podía sacar con el pie. Tuvo que jugar mucho con las manos y por sus imprecisiones el equipo perdió pelotas tontamente. ¿Troglio debió hacer el cambio?
Fernández no es el primer futbolista que juega golpeado. Son decisiones que se toman en el momento e implican riesgos enormes. Recuerdo que Marrou debutó tras una lesión del papá del ‘Rusito’ y hace algunos años Llontop nos sorprendió al sustituir, también en un clásico, a Paco Bazán. Patrick será titular este miércoles, en Guadalupe, ante Comerciantes Unidos. Es su gran oportunidad para demostrar de qué está hecho.
5.¿Es prematuro pensar en el descenso?
No. Aunque hubo una mejora en el juego, al equipo se le notan las costuras y en cualquier momento, como ocurrió el domingo, estas pueden reventar.
De 12 puntos solo se han ganado 2. De 3 goles anotados, 2 los han marcado defensores. Y han sido obra más del empuje que de una jugada elaborada.
A pesar de que Osorio marcó, el ataque es muy liviano y perdonavidas. Sin goles no hay posibilidad de triunfo. Si a ello le añaden una defensa endeble, ¿por qué no pensar que este año puede ser el peor de nuestras vidas?
BONUS TRACK: El Loco jugó su mejor partido desde que volvió. Ordenó, mandó y jugó. Sigue a años luz de lo que alguna vez fue, pero esta vez sí rindió.