azul
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Redacción EC

Un color intenso y con personalidad es -sin cuestionamientos- el azul. “Se caracteriza por ser una alternativa vibrante, que aporta elegancia y sensualidad al espacio. Si aplicas azules oscuros o claros como acento (cuadros, cojines y lámparas), lograrás una propuesta sofisticada y sobria. Si lo utilizas en los techos y paredes, el resultado es una atmósfera dinámica y llena de energía”, resalta la arquitecta Karím Chaman.

La fuerza que emana el azul es ideal para brindar carácter a los espacios. Acompañado de elementos de tonalidades claras, como el blanco o beige, en accesorios, marcos de fotos, lámparas de mesa u otros adornos, ayudan a realzarlo, equilibrarlo e irradia frescura.

“Puedes lograr una propuesta elegante al incluir elementos u accesorios dorados. Incluso es posible alcanzar un efecto rústico al mezclarlo con marrones y tonos tierras”, indica la arquitecta Paula Vecco, de DecoStudio.

Si lo combinas el azul con naranja, rojo, turquesa, amarillo o menta, en proporciones balanceadas, puede lucir marcados contrastes y proyectar un ambiente vintage. Esta misma estética se consigue al recurrir a sus tonalidades más delicadas, como el turquesa, aguamarina y celeste.

Emplea el azul en los espacios que deseas realzar. En la sala, incorpóralo en volúmenes importantes, ya sea un sofá de tres cuerpos o un par de butacas; separadores de ambientes o una pared principal. También puedes aplicarlo en cojines, tapices, accesorios, una pieza de arte o en algún mueble que desees destacar.

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