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Rosa Aguilar

El estilo nórdico, también llamado escandinavo, es uno de los más frescos y luminosos. Es originario de Dinamarca, Suecia y Noruega. Su principal característica es crear ambientes más acogedores y con una cuota natural. Si le sumamos una dosis de lo contemporáneo, obtendrás un refugio más limpio y con una cuota actual.

El diseñador de interiores Mario Ramos explica que es común utilizar el blanco en pisos, muebles y paredes. Además del gris y beige en elementos protagónicos (sofás, sillas o butacas). Para darle un giro moderno al lugar, aplica toques de negro, azul marino o amarillo en textiles, cojines, alfombras y otros accesorios, para así romper con la calidez del ambiente.

Los muebles que forman el estilo nórdico suelen poseer una base delgada y estructuras de madera clara. Según la arquitecta Bárbara Biglieri, las piezas modulares (sofás y estanterías) y de diseño puro y lineal son las más adecuadas a la hora de darle una cuota contemporánea a la estancia. Por ejemplo, en el comedor mezcla una mesa negra de forma recta con sillas Eames o Wishbone, estas últimas de corte escandinavo.

Materiales y detalles ideales
Además de la madera clara (propia del estilo nórdico), incluye otros materiales en muebles y accesorios, como el vidrio, metal negro, cobre o latón dorado, con el objetivo de darle un enfoque moderno al lugar. Estos materiales pueden estar presentes en lámparas, aparadores, mesas de centro o espejos.

Ramos recomienda que los sofás, las sillas, las mantas y las alfombras sean de cuero o piel, para reafirmar esta mezcla. También opte por el algodón, lino o lana en los cojines, para añadir calidez. Asimismo, es conveniente utilizar estampados geométricos, a rayas, cuadros o triángulos, sobre fondos neutros, en paredes, cojines o alfombras, y así aportar un toque vanguardista. Como detalles decorativos, no pueden faltar las piezas de cerámica blanca, adornos geométricos de metal y las plantas naturales.

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