Ya sea con un fin estético o utilitario, los aparadores y las consolas son elementos que acompañan la decoración. La arquitecta María Fe Rázuri explica que la primera opción es un mueble con cajoneras destinado al almacenaje, que puede estar en el comedor, la sala, el recibidor, el pasillo o un rincón especial. Asimismo, la segunda alternativa es una pieza más ligera que funciona en el ingreso y los pasadizos de la casa. Su principal objetivo es embellecer los espacios.
“Los materiales varían en función del mueble. Dada su capacidad para guardar diversos objetos, los aparadores requieren mayor rigidez, por lo que suele estar hecho de madera, metal, melamina o MDF; mientras que en las consolas predomina el vidrio, el acero, la madera, el cobre y bronce”, indica Stephanie Chang, docente de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.
Elección y belleza
Si el espacio es reducido, considera consolas de una profundidad máxima de 30 cm. Si optas por una empotrada y suspendida, la altura recomendada es a 90 cm del piso. Instálale focos LED en la base, para que se vea más liviana y le dé una apariencia flotante. En el caso del aparador, la profundidad no debe ser menor de 40 cm para poder acomodar accesorios.
La arquitecta Melissa Fernández indica que en un ambiente moderno sobresalen las consolas y aparadores lineales, con patas delgadas y de colores claros. “Si es vintage, inclínate por los muebles de cedro pintados de blanco o en acabado envejecido. Y en ambientes elegantes, los Luis XV destacan por sus formas clásicas. Los de pan de oro o tallados en bronce armonizan con este concepto”, agrega.