Con mucho ingenio, un garaje puede aprovecharse al máximo e incluso convertirse en un cómodo espacio para vivir. Este fue el pedido de una pareja joven a la firma Fala Atelier, en Lisboa, Portugal.
Con un espacio de 200 metros cuadrados, el garaje no cuenta con ventanas, por lo que los arquitectos se las tuvieron que ingeniar para crear ambientes luminosos a pesar de las limitaciones. Primero, emparejaron los muros y pisos de hormigón y luego pintaron las paredes de blanco.
Un muro y una cortina separan al dormitorio de la sala y el comedor. Otros elementos que se incluyeron en la renovación del garaje fueron una oficina de trabajo y mobiliario de tonos alegres. El lugar también tiene espacio para albergar un automóvil.
Ingresa a la galería y conoce más de la original transformación de este garaje ubicado en Portugal.