“Esperando al hombre de los cien millones” es el título de la columna de Jorge Valdano en “El País”. El exfutbolista argentino hace referencia a Gareth Bale, el ‘galáctico’ con pasaporte galés que no ha brillado a todas luces en el firmamento de la Casa Blanca. Pero ese encabezado se ajusta bien a Ansu Fati, no a manera de hastío sino en forma de apuesta. Con 16 años y 300 días, el nacido en Guinea-Bissau ya es el segundo talento más precoz en debutar con el Barcelona en la Liga Española.
Doce minutos en la goleada 5-2 frente al Betis del domingo han puesto a Ansu en vitrina y lo colocan detrás de Vincenc Martínez (1941-42) por solo 60 días. Aunque es su edad la que despierta el interés, su juego también sorprende. “Es un jugador que tiene cualidades, es joven, le hemos visto cosas que nos pueden ayudar: tiene desparpajo, es rápido, encara bien. Es el jugador más joven que he hecho debutar, pero nos puede dar rendimiento. Ya veremos qué pasa en el futuro”, justifica así su inclusión el técnico blaugrana Ernesto Valverde tras ver que su apuesta fue la correcta.
Es muy prematuro bautizarlo como el sucesor de Lionel Messi en el cuadro catalán. Sin embargo, la historia de Fati genera tanto morbo que en cuestión de horas todos parecen conocerlo bien. A los 6 años llega a Sevilla junto a toda su familia luego de que Bori, su padre trotamundos, encontrara el refugio perfecto en la localidad de Herrera para ofrecerle una mejor calidad de vida a los suyos. Como chofer del alcalde de Marinaleda, empieza a guiar el camino del pequeño Ansu que ya en la Escuela Peloteros de Herrera demuestra que es diferente a sus compañeros. Luego escala hasta las divisiones inferiores del Sevilla hasta que el Barza se lo lleva a La Masía con apenas 11 abriles. Incluso le gana la pulseada al Real Madrid “que ofrecía más dinero, todo”, cuenta Bori. Lo convenció la promesa de los catalanes. “Tenemos un proyecto para él”, le dijeron. Y aceptó. Porque el proyecto también incluía a su hermano mayor Braima (21 años), hoy cedido al Calahorra de la Segunda B de España.
Regalando un año en el Alevín A del Barza coincidió con Takefusa Kubo, la joven sensación nipona adquirida por el Real Madrid y prestada al Mallorca. Con el japonés se cansó de hacer goles. Ansu colaboró con 56 tantos y Kubo aportó 76, así dan cuenta los diarios catalanes. Una pareja explosiva que regalaba espectáculo cada fin de semana. Ahora sus caminos van por vías distintas.
Sin pasar por el Barza B, Fati ya dio un gran salto al primer equipo. Sus técnicos en La Masía coinciden en que puede jugar en cualquier posición de ataque. Arrancó como ‘9’, luego lo hizo de mediapunta y fue José Mari Bakero quien le vio pasta de extremo por cualquiera de las dos bandas.
El domingo en el Nou Camp tuvo sus primeros 12 minutos con la camiseta blaugrana en La Liga y hasta Messi le dedicó unas palabras de felicitación. “Me he quedado en el campo porque no me lo creía”, cuenta Ansu, quien ya firmó contrato hasta el 2022 con opción de dos temporadas más y tiene una cláusula de rescisión de 100 millones de euros.
“Esperando al hombre de los cien millones” podría ser un buen título para empezar a contar la historia de Ansu Fati, el guineano de 16 años que en estos tiempos de hiperinflación en el mercado futbolístico cuesta lo que el Real Madrid pagó por su 'galáctico' Gareth Bale.