El mediocampista del Everton Ross Barkley casi pierde el autobús que partía en la mañana hacía el campo de entrenamiento de la selección inglesa, en Río de Janeiro, con miras al Mundial Brasil 2014.
El joven volante no pudo llegar a tiempo (7:45 a.m. hora peruana) a la reunión que estableció el entrenador Roy Hodgson y el vehículo partió sin él. Sin embargo, después de 15 minutos el bus se detuvo y esperó al joven de 20 años, quien se encontraba corriendo para alcanzar el transporte.
El bus de Inglaterra dejó el hotel y llevó al equipo a su primera sesión de entrenamiento en Río, en medio de una enorme presencia militar. Luego, el autobús se detuvo de repente en medio de una carretera principal, debido a que se hizo evidente que Barkley había quedado atrás.
En la carretera había tráfico, pero se intensificó con la detención del bus, mientras esperaban a que el centrocampista aparezca. Por ello, conductores locales, frustrados, sonaron sus bocinas sin cesar y curiosos rodearon el autobús de Inglaterra para ver qué estaba pasando.
Pero finalmente Barkley, con la cara roja y muy avergonzado, se encontró con el autobús, mientras sus compañeros miraban por las ventanas divirtiéndose ante el espectáculo. Cuando el centrocampista ingresó por fin al bús, sus compañeros de la selección inglesa lo recibieron con aplausos.