"Ocho loco", por Jerónimo Pimentel [OPINIÓN]
"Ocho loco", por Jerónimo Pimentel [OPINIÓN]
Jerónimo Pimentel

Para muchos, la empieza en esta instancia. Dos argumentos sostienen la idea: la emoción inherente a los duelos de eliminación en formato de copa, siempre dispuestos al drama, y el filtro efectivo de la fase de grupos, que ha dejado atrás a algunos enanos, como el Ludogorets y el Basilea. Los nombres, en efecto, apoyan la idea de que ha iniciado el ‘big show’. Aquí un poco de prospectiva.

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Benfica vs. Dortmund. Servirá al espectador peruano para constatar el estado actual de Carrillo, quien ya empieza a tener minutos de titular en la Liga Portuguesa. Este es un duelo parejo de equipos que pertenecen a la clase media alta europea (formadores, consolidadores de cracks que luego exportan a la élite). El club de Westfalia viene de perder ante el colero y han perdido relevancia desde la salida de Klopp y el derrumbe de su proyecto. Será interesante ver el nivel real de ambos.

PSG vs. Barcelona. A punto de ser un clásico europeo. Es un choque de dos técnicos españoles necesitados de legitimarse: Luis Enrique y Unai Emery. El primero deberá buscar en Europa lo que se le niega en España, rezagado como está del Real Madrid, a un punto y con dos partidos más; el segundo, en cambio, tiene como objetivo elevar la empresa franco-árabe a la gloria continental. De los franceses gusta Verrati, el aporte rioplatense (Cavani, Di María, Pastore) y lo que puedan sumar las contrataciones (Jessé y Draxler); de los catalanes, el trío MSN. La historia favorece a los azulgranas.

Bayern vs. Arsenal. Los alemanes son claros favoritos en un versus que es otro clásico, como el anterior, que siempre acaba de la misma forma. Ancelotti, sin embargo, no ha encontrado el punto al equipo bávaro, que puntea la liga con más dudas que asombro. El italiano ha desmontado la idea de Guardiola y Neuer no es más líbero, pero ese retorno a la tradición no ha venido acompañada de luces. Sin embargo, Wenger va peor; resuelta la liga a favor del Chelsea, no ha podido deshacerse de la carga de ser solo un equipo animador. Debería ser divertido.

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Real Madrid vs. Napoli. Sería tremendo error subestimar a los italianos: con la Serie A más o menos perdida se concentrarán en forzar a los de Zidane. Para ello tienen magia arriba, con Insigne y Callejón alimentados por Hamsik. Los madridistas dependerán de esa tímida hegemonía que vienen imponiendo, sin lucimiento pero con efectividad, desde que los dirige el francés. La mayoría de veces basta. Si los napolitanos logran una sorpresa en el San Paolo podría haber sorpresas.

Leverkusen vs. Atlético. Choque de trenes, ambos cultores de un fútbol físico. No será el duelo más vistoso, pero en cambio habrá táctica y fricción. Griezmann podría marcar la diferencia.

Manchester City vs. Mónaco. Serán encuentros más parejos de lo que anticipa el historial europeo de ambos conjuntos. El City, en transición con Guardiola, se ha convertido en un conjunto irregular pero por ello peligroso; mientras que el club del principado anda dulce con Falcao en plenitud. Será una excelente manera de analizar qué privilegian ambos técnicos: Liga o Champions.

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Porto vs. Juventus. La ‘Juve’ lleva el favoritismo en uno de los cruces más desiguales de estos octavos de final. Allegri es un técnico brillante y ha implementado el 4-2-3-1 de una manera fantástica: el ataque es letal con Dybala como falso ‘10’, y Mandzukic y Cuadrado de extremos; adelante de ellos, Higuaín. Atrás son sólidos con un Buffon sostenido por dos centrales de poder, Bonucci y Chiellini. En el medio, Pjanic y Khedira recuperan y tocan. La escuadra turinesa es una máquina aceitada, pero la curiosidad reside en ver cuánto resistirá el Porto.

Sevilla vs. Leicester. Como en el caso anterior, Sevilla deberá demostrar su superioridad ante un conjunto británico muy venido a menos. El cuadro de Sampaoli es fluido e impredecible, aunque quizás el principal mérito del entrenador argentino es haber reencauchado a jugadores a los que se tenía en declive, como Nasri y N’Zonzi, mientras ha encontrado en Vietto a un buen definidor. El Leicester, en cambio, ha pasado de la gloria a la infamia a una velocidad insólita, y ahora lucha por el descenso. Ranieri es un viejo zorro, pero resulta difícil que la rabia les alcance para hacer un milagro en el continente.

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