Isco, quien por primera vez con Santiago Solari arrancó de titular, anotó un soberbio gol al ángulo y otro al final del cotejo ante Melilla. El futbolista del Real Madrid fue uno de los focos de atracción del partido debido a su accidentada relación con el argentino.
A los 47, el volante español tomó el balón fuera del área y disparó con la cara interna del pie. El esférico entró por un lugar imposible para Pedro Luis, portero rival.
Solari, desde el banco, aplaudió al mediocampista merengue, poniendo a fin a los rumores sobre un ensañamiento del argentino hacia el español.
La segunda anotación llegó sobre el final, a los 83. Tras un control de balón de lujo, sacó un disparo colocado para poner la cereza del pastel.
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