Con la acreditación para la gala del Balón de Oro aún en la muñeca y sin separarse del trofeo del Premio Puskas, Wendell Lira aterrizó este miércoles en Brasil entre una gran expectación después de imponerse a Lionel Messi por el mejor gol del año.
Cuando aún no se cumplían 48 horas desde que este humilde delantero de 27 años protagonizara la sorpresa de la gala, Lira fue recibido por una nube de hinchas en el aeropuerto de Goiania (centro-oeste), atraídos por el cuento que vive este futbolista que hace poco más de dos meses estaba desempleado.
"Sólo puedo agradecerle a la gente. A los que vinieron a recibirme y a los que votaron por mí, mostrando que ningún sueño es imposible", afirmó el jugador al sitio Globoesporte, en referencia a los 1,6 millones de internautas que eligieron su tanto frente a los de Messi y Alessandro Florenzi, los otros finalistas.
"Ésta es mi historia y también la de Joao, Maria y otros millones de brasileños", añadió al desembarcar.
La lluvia, sin embargo, impidió que desfilara en un camión de bomberos como estaba previsto; el jueves le recibirá el gobernador del estado de Goiás.
Este delantero curtido en los estadios humildes de Brasil, y que llegó a compaginar el fútbol con otros trabajos para llegar a fin de mes, marcó en marzo la espectacular media chilena que le cambió la vida cuando jugaba en el modesto Goianesia de la liga regional.
Poco después se quedó sin empleo y sólo firmó con el Vilanova, de la segunda división nacional cuando la FIFA seleccionó su tanto como uno de los diez mejores del año en noviembre.
Un mes más tarde supo que era finalista y el lunes cumplió su sueño de conocer en Zúrich, entre otras estrellas, a sus ídolos Cristiano Ronaldo y Neymar, además de su competidor, y admirado, Lionel Messi.
"No estuve ni un segundo sin el trofeo. No lo facturé, tenía miedo. Ha sido muy cansado, hace dos días que no duermo. No quería dormir para no acabar el momento", expresó.
Después de todo, Lira logró lo que no pudieron ni Cristiano Ronaldo ni Neymar: quitarle un premio a Messi, que conquistó su quinto Balón de Oro, pero aún no tiene en su estantería un Puskas.
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— El Comercio (@elcomercio) enero 13, 2016
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