No ha pasado mucho desde aquel 03 de diciembre de 2017, fecha histórica para los hinchas de Alianza Lima. Con Pablo Bengoechea en el banco, los íntimos impusieron sus Leyes para vencer a Comerciantes Unidos, ganar el Torneo Clausura y consagrarse campeones del fútbol peruano. Como se recuerda, los victorianos habían ganado el Torneo Apertura del 2017, por lo que dieron la vuelta olímpica frente a su gente en el último domingo glorioso en Matute.
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El sol llegó antes que toda la hincha de Alianza Lima al recinto victoriano. Con un campo de juego impecable, las gradas comenzaron a llenarse a partir del medio día. Largas colas con aficionados contentos por tener la primera chance de ver a su equipo campeón luego de lo conseguido en el lejano 2006.
Dentro de Matute, todo estaba en orden para vivir una fiesta en la cual existía un enemigo común: Comerciantes Unidos. El cuadro de Cutervo llegó con la consigna de tener una revancha, ya que los aliancistas habían celebrado el título del Torneo Apertura en el Juan Maldonado Gamarra.
No obstante, un empate o una derrota le dejaría servido el título del Clausura a Real Garcilaso, quien enfrentaba, a la misma hora, a la Universidad San Martín.
El cuadro local saltó al campo con Butrón en el arco; Garro, Fuentes, Godoy y Duclós en defensa; Ascues, Cruzado y Aguiar en la volante; dejando a Hohberg, Ramírez y Pajoy como delanteros. Un 4-3-3 inicial que podría convertirse en 4-4-2 o 4-2-3-1.
Los nervios le jugaron una mala pasada a los íntimos. Carentes de ideas en el campo, los rostros en las tribunas de Matute denotaban malas noticias: a los 26′, Danilo Carando convirtió para Real Garcilaso. Con dicho resultado, los imperiales se quedaban con el Clausura y forzaban un play-off.
Con un experimentado Exar Rosales manejando el partido desde el arco, Comerciantes Unidos se las ingenió para aguantar el cero durante los primeros 45 minutos. Se respiraba tensión y ansiedad en Matute tras el pitazo final de la primera mitad.
Durante el entretiempo, los hinchas corroboraban en sus celulares el gol de Garcilaso. Asimismo, algunos prefirieron ir a comer algo para encarar mejor la segunda mitad. En los vestuarios, mucha concentración porque sabían que el segundo tiempo iba a ser mucho más difícil.
El rival siguió agrupando jugadores en defensiva y Alianza Lima no conseguía convertir el gol del título. A los 61′, Pablo Bengoechea decidió mover el banquillo: al campo Gabriel Leyes. El delantero uruguayo no había destacado por su habilidad goleadora, por lo que se cuestionaba su ingreso.
Entre murmullos en el estadio, Leyes ingresó a un partido que necesitaba solución inmediata. Gabriel emuló a Flavio Maestri, último delantero en convertir para un título de Alianza Lima, y a los 62′ conectó un cabezazo dentro del área para desatar la euforia en Matute.
Dos minutos después, el propio Leyes volvió a elevarse dentro del área. Su cabezazo obligó a una gran respuesta de Rosales; sin embargo, el rebote le quedó servido para que el uruguayo sentencie el juego y le de el título al club íntimo.
Para la anécdota quedará que la tribuna norte fue la que recibió los goles del título. Asimismo, este encuentro también marcó el final de la carrera de la jueza Silvia Reyes.
Tras el final del partido, Matute se convirtió en un jolgorio increíble. Llantos, abrazos, cánticos y corazones con las pulsaciones altas. En 90 minutos la ilusión se transformó en emoción.
Dos años después, Alianza se encuentra ante la posibilidad de un cantar de gesta importante: revertir un 4-1 para consagrarse campeón nacional de la Liga 1. Es un reto enorme, pero los íntimos cuentan con la sabiduría de Bengoechea y un plantel repleto de variantes para afrontar la final de vuelta ante Binacional.