Todo un logro. Roberto Mosquera llegó a Sporting Cristal para arreglar la crisis que se vivía en el Rímac, en cara a la quinta fecha de la Liga 1. Supo aprovechar la para de cinco meses por la pandemia del COVID-19 y, ya en el retorno del torneo local, armó un cuadro competitivo y prácticamente invencible. Asumió el cargo en la zona baja de la tabla para sacarlo campeón a fines de temporada. Un año redondo.
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