Torneo Clausura: "Un Cristal indefenso", por Carlos Univazo

CARLOS UNIVAZO @Carlosu67

Con Sporting Cristal se aplica esa vieja frase de “en el pecado está la penitencia”. Seguramente se puede pretender ser campeón en el endeble fútbol local inclusive con defensas que son como la guitarra y el cajón criollos porque solo acompañan, pero el encanto puede así romperse en cualquier momento, como pasó ante Unión Comercio. Y si encima se lesiona Cazulo, el policía que vigila la feria, entonces ya imagínense. Comercio hizo algo inédito en su campaña: le puso a un rival que cree que solo atacar importa dos puntas: Bogado y Meza Cuadra, ni con San Simón hizo eso y, claro, ‘cobró’. Seguramente vieron el partido con Alianza. Después de eso, cualquier técnico medianamente inteligente entiende que si nos pone de puntas a usted y a mí, a un equipo de Ahmed, igual lo vamos a volver loco.

Ahora bien, Cristal aún puede dar la vuelta olímpica, ya que Comercio es ahora local ante Alianza, pero el ser campeón no cambiaría la situación de fondo, por más que en tal caso se dirá que Revoredo en una pierna es más que Hummels. Hay un déficit manifiesto que, como en Alianza, los resultados disimulan. A ello se suma una ausencia absoluta de autocrítica. Ganan un partido importante y salen los dirigentes y el entrenador a hablar de un equipo que pareciera ser el Dortmund, tirando frases discutibles como: “Siempre creímos en el técnico” (y yo soy Ironman, claro) o “mis centrales son de categoría”. Categoría ‘es lo que hay’, quizá.

Si Alianza gana en Moyobamba, se acabó todo porque Melgar necesitaría en tal caso en la fecha siguiente perder ante los blanquiazules para llegar juntos a la Libertadores (la culpa es del sistema que es un adefesio, no de ellos). Si los mistianos pudieran poner 11 maniquíes ese día, lo harían, pero no hay forma de sacarles carnet de cancha. Sporting Cristal ahora depende de Comercio, quizá sea lo mejor para ellos. Con defensas como la que tiene, a veces es preferible depender de otros y no de sí mismo.

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