SummerSlam 2016: Reigns vs. Rusev, la mejor decisión para Roman

WWE por fin está siendo inteligente con Roman Reigns. Durante el último año, el samoano fue forzado a regalarse como la gran estrella de la marca ante un público hostil. Ahora es puesto como el némesis para SummerSlam 2016 de la única persona capaz de captar más odio que él: el anti-estadounidense Rusev. 

Reigns falló la política de salud de WWE. Fue suspendido, obligado a disculparse y humillado. Pasó de ser el todopoderoso al hombre que perdió contra un debutante. Fue alejado del -nuevo- título máximo. Tocó fondo y ahora solo le queda iniciar su camino hacia la redención. 

WWE saltó etapas con el tipo. Lo quiso convertir en la superestrella máxima sin haber brillado en solitario en la mitad de cartelera. Ahora está en esa posición, una en la que podría fortalecer su imagen frente al público. 

Las reacciones fueron polarizadas. Quien escribe considera que este es el estatus por el que tiene que sobrevivir para brillar. Están quienes siguen sintiendo que WWE fuerza al público a quererlo. Otros querían la continuidad de la rivalidad con Seth Rollins. Y también los que esperan que vuelva a fracasar, esta vez frente a Rusev. 

TODO BENEFICIOS
Si Reigns pierde en SummerSlam, haría que su caída sea más abismal aún. Esto provocaría una historia de redención aún más empática y la consolidación de Rusev como una gran amenaza en WWE. El columnista de "Beacher Report" James Moffat considera que una segunda derrota limpia del samoano mejoraría aún más la historia; sugiere que esto sea desde una campaña de anti-bullying.

Si Reigns vence, lo ideal sería que pierda el título lo más pronto posible. Esto daría pie a lo tan pedido en Internet: su conversión a rudo. WWE sacaría partido del odio del público hacia Reigns y explotaría el potencial que  Stone Cold Steve Austin, Vince Russo y Jim Ross entre otros, han visto en él como un gran villano. 

Reigns y Rusev se caracterizan por su agresividad física. Los voladores son los engreídos del público, los técnicos de los especialistas, pero WWE tiene bien sabida la normal: siempre son los brawlers (pesos pesados) que con un buen arsenal de poderío bruto los que se roban el show. En definitiva, es un paso atrás en estatus, pero es la mejor decisión para la carrera de Roman. 

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