Rogger Fernández

Por más que parezca duro, la selección peruana terminó el partido contra Paraguay sin rematar directamente al arco en los noventa minutos -y descuentos- que duró el amistoso. Podemos ser alarmistas y rememorar los tiempos en que Juan Reynoso dirigía a la Bicolor con la misma piedra en el zapato. Era una odisea encontrar el camino hacia al arco o, en el peor de los casos, dar tres toques en campo contrario y sacar un pase filtrado con destino de gol. Este combinado de Jorge Fossati no juega a lo mismo, pero adolece del un mal bastante similar: la ausencia de un generador de fútbol -vale decir- un cerebro pensante que en todo momento le permita crear situaciones de peligro, un ‘chocolatero’ que pueda acercarse a lo que Christian Cueva alguna vez fue. En otras palabras, un ‘10′.