El precio del cobre bajaba el viernes, afectado por una toma de beneficios y el sentimiento de aversión al riesgo en los mercados financieros en general, debido a la preocupación por la aceleración de la inflación.
A las 11:20 GMT, el cobre referencial en la Bolsa de Metales de Londres (LME) cedía un 2.3%, a US$ 10,020 la tonelada, después de tres días de ganancias que impulsaron el precio a su máximo en casi cuatro meses.
Las bolsas mundiales cayeron después de que los precios al consumo en Estados Unidos registraron el mayor aumento anual en 40 años, lo que se espera que impulse una política monetaria más restrictiva por parte de la Reserva Federal.
“El sentimiento de riesgo en los mercados financieros hoy es realmente negativo y el dólar subió tras el IPC de ayer. También es probable que haya una toma de beneficios tras el alza que hemos visto”, dijo Carsten Menke, analista de Julius Baer.
“En cuanto al panorama general, hay un enfriamiento general de la economía en China. Las infraestructuras y el sector inmobiliario son claves para impulsar la demanda de metales y no esperamos un rápido cambio de tendencia en ninguno de ellos”, agregó.
Menke prevé que el cobre de la LME baje a US$ 9,500 la tonelada en tres meses y a US$ 8,750 en 12 meses.
Sin embargo, en términos semanales, los metales básicos avanzaron, liderados por el aluminio, que se vio apoyado más temprano en la semana por el cierre de fundiciones en China y Europa y por los bajos inventarios en los almacenes de la bolsa.
El índice dólar tocó un máximo de ocho días, encareciendo los metales denominados en el billete verde para los tenedores de otras divisas.
En otros metales básicos, el aluminio en la LME cedía un 1.6%, a US$ 3,199.50 la tonelada, tras tocar en la víspera su nivel más alto en más de 13 años; el zinc bajaba un 0.6%, a US$ 3,681; el níquel perdía un 0.7%, a US$ 23,355; el plomo restaba un 0.2%, a US$ 2,275.50; y el estaño retrocedía un 0.7%, a US$ 43,895.