La economía estadounidense mantiene a los mercados del mundo. (Foto: AFP)
La economía estadounidense mantiene a los mercados del mundo. (Foto: AFP)
Agencia EFE

La tensiones en los mercados financieros y las comerciales, así como la incertidumbre política, dificultan que los bancos centrales normalicen sus políticas monetarias, según el

En su último informe trimestral de diciembre, publicado hoy, el BPI observa que se ha producido un "endurecimiento gradual pero persistente de las condiciones financieras".

El jefe del Departamento Monetario y Económico del BPI, Claudio Borio, dijo que este reciente episodio de corrección de los mercados "no ha sido el primero ni será el último. Tan solo ha sido otro bache en el estrecho camino hacia la normalización de la política monetaria".

En octubre, los mercados financieros entraron en una zona de turbulencias.

"Las mayores sacudidas las sufrieron los mercados estadounidenses. Precisamente los que habían avanzado a toda máquina en el trimestre anterior pese a las vacilaciones de otros mercados de economías avanzadas y la caída de los de economías de mercado emergentes", según Borio.

Siguió una fase más sosegada, aunque tensa, que dio paso a nuevos temblores a principios de diciembre.

El rendimiento de los títulos del Tesoro estadounidense a 10 años había avanzado por encima del 3%, pero durante las turbulencias de principios de diciembre, los rendimientos de los bonos cayeron por debajo del 3%.

Las bolsas cedieron todas las ganancias acumuladas desde el comienzo del año.

En octubre, el índice S&P 500 estadounidense se dejó casi un 10% de su capitalización, Perdió las ganancias acumuladas desde comienzos del año, según datos del BPI, que es el banco de los bancos centrales.

Las ventas se extendieron a las bolsas de otras economías avanzadas y emergentes.

Los mercados no estadounidenses cayeron una media del 8% en octubre, mientras el índice Shanghai Composite perdió casi un 15%.

A comienzos de diciembre, el S&P 500 bajó un 8% respecto al máximo histórico alcanzado el 20 de septiembre.

El reajuste de los precios en los mercados financieros podría obedecer, según Borio, a dos causa: las señales contradictorias de la economía, pese a los buenos resultados anunciados por las empresas, y los cambios en la percepción de los inversores sobre la orientación de la política monetaria de la Reserva Federal.

Hasta entonces, los inversores habían previsto un endurecimiento gradual pero persistente. En los primeros días de diciembre, no obstante, revisaron a la baja sus expectativas sobre el ritmo de la normalización, en parte por el tono de las declaraciones de las autoridades. Incluso comenzaron a preocuparse más por las perspectivas de crecimiento.

La curva de rendimientos se aplanó en EE.UU. y llegó a invertirse en el sector más corto, lo que con frecuencia se interpreta como un indicio de una recesión inminente.

Además, la preocupación por las tensiones comerciales y la incertidumbre política están detrás de estos vaivenes en los mercados financieros.

"La incertidumbre política se dejó sentir ostensiblemente en los mercados financieros europeos", afirmó Borio.

La preocupación por un posible Brexit "duro", es decir, sin acuerdo, hizo temblar a los mercados en el Reino Unido y la libra esterlina se resintió.

"En la zona del euro, la fuente de tensión volvió a ser el deterioro de las perspectivas de la situación fiscal en Italia, de por sí delicada, ya que el Gobierno se enzarzó en un contencioso sobre sus presupuestos con la Comisión Europea", según Borio.

El contagio a otros mercados soberanos de la periferia de la zona del euro ha sido contenido.

Los acontecimientos volvieron a poner el foco sobre la relativa debilidad del sector bancario europeo.

"Las acciones de la banca europea cayeron más que las de otras economías avanzadas. Los inversores seguían evidentemente preocupados por el sector, que no consigue mejorar su escasa rentabilidad, arrastra préstamos dudosos y está muy expuesto a la evolución de los emisores soberanos", afirmó Borio.

Desde mediados de mayo y hasta comienzos de diciembre los bancos de la zona del euro han perdido casi un 30% de capitalización de mercado. La mitad se estas pérdidas se produjo después de que el Gobierno italiano presentara el borrador de su presupuesto en septiembre, según datos del BPI.

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