Cuando Neal y Maddie Love se enteraron que el pueblito de Wauconda, a 61 kilómetros de la frontera con Canadá, estaba en venta, sintieron que era para ellos. "Este es el país de Dios, esto es muy bonito", dijo Maddie. "Es el viejo oeste".
El pueblo fue subastado en eBay en el 2010, pero la oferta del ganador no se concretó, así que los Love lo adquirieron de Daphne Fletcher, propietaria desde el 2007, por US$360.000.
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Wauconda tiene un café, una estación de gasolina, una oficina de correos, una casa de cuatro habitaciones, e incluso tiene su propio código postal (98859). La familia Love vendió su casa y casi todas sus posesiones para comprar su propia ciudad, donde pensaban quedarse para siempre. Sin embargo, el sueño no se hizo realidad.
SUEÑO DE MUCHOS
Los Love no encontraron en Wauconda un empleo que les permitiera hacer frente a las cuentas por pagar. Ahora se van a mudar Dakota del Norte, que les ofrece la crucial estabilidad financiera.
Otros, en cambio, sí lograron sacarle el jugo al sueño. En los últimos dos años Daniele Kihlgren, un hombre de negocios de origen italiano-sueco, ha comprado propiedades en Santo Stefano di Sessianio, en la región de Abruzo, zona central de Italia.
Con todas estas propiedades Daniele ha organizado una suerte de hotel disperso, donde distintas áreas del hotel están repartidas por todo el pueblo. Su idea se ha convertido en un éxito comercial y cultural, con la concurrencia de muchos turistas que pasan la noche ahí.
Luego de esta experiencia Kihlgren compró otro pueblo, también en Italia, el cual alquila a cambio de que los inquilinos realicen procesos de reforestación. "Los hoteles son conocidos en todo el mundo porque son únicos y le ofrecen al visitante una experiencia distinta", explica Michele Centonze, gerente de mercadeo y ventas de Kihlgren.
En la página especializada en viajes y turismo TripAdvisor le dan más de cuatro estrellas a Sextantio Albergo Diffusio, y muchos visitantes hacen comentarios positivos resaltando la inigualable experiencia.
¿ES POR AMOR, NEGOCIOS O EGO?
Para algunos, la idea de comprar un pueblo es un asunto meramente financiero. Lo planifican como si fuera una empresa, o con la noción de obtener el máximo provecho de su dinero, adquiriendo una pequeña ciudad por lo que les constaría una vivienda en una ciudad grande.
Por ejemplo, con US$619.300 puedes comprar un apartamento de tres habitaciones en un suburbio de París o un apartamento de 46 metros cuadrados en Chelsea, Nueva York.
Y por el mismo monto puedes tener Valle Piola, toda una villa medieval en uno de los parques nacionales más grandes de Italia y a solo dos horas de Roma en carro.
Para otros, el proyecto de comprar un pueblo es más romántico. Y para algunos es cuestión de ego, comenta Louis Fisher III, director nacional de Sperry Van Ness, una agencia que organiza subastas en Florida.
"Compré un pueblo para poder ponerle el nombre de mi nieto", escuchó una vez en una conversación durante una cena de negocios. Cualquiera sea la razón, el glamur de ser el dueño de una ciudad puede ser traicionero, porque la realidad es dura.
En 1989 la actriz estadounidense Kim Basinger tiró a la basura US$20 millones por Braselton, a 96 kilómetros de Atlanta. Terminó vendiéndolo cinco años más tarde en medio de enormes problemas financieros.
En el 2011 la pequeña población de Courbefy, a 450 kilómetros de París, fue vendido por unos US$585.520 a Yoo Byung-eun, el surcoreano dueño del ferry Sewol que se hundió el año pasado. Al morir, el proyecto se quedó en suspenso.
Así que sea por negocios o por un ideal, el consejo sigue siendo proceder con precaución. Si tienes el dinero y la energía para comprar un pruebo, esto es.
CÓMO COMPRAR UN PUEBLO
Imaginemos por un momento que sí, que tienes los medios, la voluntad y las habilidades que se requieren para comprar un pueblo al que le puedas poner tu nombre. ¿Cómo lo harías? Lo primero es encontrar uno en venta, lo cual es un reto de por sí.
"No hay una base de datos que le pueda ofrecer a mis clientes VIP", apunta Fisher.
Algunas veces aparece una oferta en eBay o en otros sitios de subasta, pero no hay una categoría especial para ese tipo de transacciones.
Una manera de identificar oportunidades es contactar a las agencias de bienes raíces donde estés buscando comprar. También pueden aparecer en los medios de comunicación de esas zonas, porque cuando un pueblo sale a la venta, siempre es noticia.
"SEGUNDA VIDA" MULTIPROPÓSITO
Ese fue el caso de Valle Piola, que estaba en el mercado desde 2013 en eBay y en distintos medios europeos. Fabio Pisi Vitagliano, miembro del equipo que posee el pueblo, comentó que múltiples compradores se han acercado para hacerles propuestas que van desde construir un centro de rehabilitación o un hotel boutique hasta una villa artística.
Para Fabio y su equipo sería mejor que se convirtiera en una localidad turística, con habitaciones a lo largo del pueblo, pero interconectadas, como en Sextantio Albergo Diffusio.
Recuperar el pueblo ha sido un trabajo arduo. Tres de los cuatro miembros del equipo crecieron en esta área, y por eso decidieron sacarlo del abandono en el que se encontraba desde la década de 1970.
Aun cuando Vitagliano está confiado en que lograrán vender Valle Piola, por ahora la villa de 15 edificaciones se encuentra desierta y hay partes que se están hechas escombros. "Le queremos dar una segunda vida y verla florecer otra vez", comenta.
En el extremo más alto de este segmento está Johnsonville, de 62 acres a dos horas de Nueva York, un antiguo pueblo de molinos que actualmente seencuentra en venta por US$2,3 millones. Posee una tienda, una capilla, una casa club, escuela, un bar, oficinas y un puente cubierto.
Johnsonville fue comprado por Meyer Jabara Hotels en 2001 para convertirlo en una pequeña urbanización. No obstante, por diversas razones, incluyendo el cambio de ambiente nacional luego de los ataques del 11 de Septiembre y la recesión económica, el proyecto nunca se llevó a cabo.
"Este es un pedazo de tierra único", comenta Justin Jabara, gerente de operaciones de la compañía, para quien hay muchas posibilidades de uso en el futuro. La localidad ha sido utilizada como set para una película y como locación para un video musical.
CÓMO EFECTÚAR LA COMPRA
La negociación requiere de hacer ofertas, tanto de parte de los compradores como de los vendedores. Y además de las ofertas, también hay que mirar si el municipio tiene alguna querella relacionada con el pueblo a comprar.
Muchos "pueblos" en venta no son pueblos en realidad, sino grupos de edificaciones en un área común. Por ello hay algunos detalles a tener en consideración.
"Tiene que tener agua, debe contar con cloacas y tener una estación de bomberos", comenta David Olsen, un corredor de bienes raíces de Coldwater Banker en Dakota del Sur.
Olsen facilitó la venta del pueblo de Scenic, en esa región, por US$799.000 en el 2011.
Si la localidad tiene un código postal, lo más probable es que lo mantenga; pero si no tiene, será imposible conseguir uno.
¿ARREPENTIDOS?
Para Fisher, comprar todo un pueblo es una empresa plagada de trampas, y una de las más grandes es no tener oportunidad de recuperar la inversión. "No se rige por los indicadores tradicionales que utiliza el mercado de bienes raíces", expresa. "Cuando se trata de todo un pueblo, probablemente no tendrás ninguna base de datos o documentos para comparar".
"Querrás tener una proyección a futuro", explica Susan Wachter, profesora de bienes raíces y finanzas en la escuela Wharton, de la Universidad de Pensilvania. ¿Cómo vas a pagar para mantener el pueblo? ¿El pueblo generará ingresos? Y si planeas venderlo, ¿cuál es tu estrategia de venta?
La experiencia de los Love en Wauconda fue difícil desde el principio. Tuvieron que cerrar el café y la tienda durante cinco meses porque las tuberías principales de agua debieron reemplazarse.
Los costos incrementaron el precio que pagaron por el pueblo de una manera importante. Neal tuvo que buscar un trabajo para poder pagar las deudas. "Ha sido una relación de amor y odio con el pueblo", concluye Maddie. "Si tuviésemos que hacerlo otra vez, no estoy segura de que lo haríamos".