Redacción EC

La crisis que paralizó la ampliación del , un proyecto estratégico para el comercio internacional, compromete el futuro laboral de miles de obreros y disparará el costo y duración de las obras, un duro golpe para la economía panameña, según analistas.

, confirmó a la AFP el ministro del Canal, Roberto Roy, luego de que la víspera la autoridad del canal y el consorcio que realiza los trabajos anunciaran el fin de las negociaciones.

La empresa a cargo de las obras, Grupo Unidos por el Canal (GUPC), liderada por la española Sacyr y la italiana Salini-Impregilo, exige que la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) le reconozca sobrecostos por US$1.600 millones para relanzar el proyecto.

Por su parte, la ACP advierte que dará los pasos necesarios -incluyendo la cancelación del contrato- para garantizar que la nueva vía esté operativa en 2015.

"El futuro de los trabajadores y lo que está ocurriendo con las obras es de total incertidumbre. Aquí hay una crisis que no sabemos por dónde va a reventar", dijo a la AFP Saúl Méndez, secretario general del Suntracs, el poderoso y beligerante sindicato de la construcción de Panamá.

Según fuentes sindicales, hasta el martes laboraban en las obras de construcción de las nuevas esclusas entre 3.000 y 3.500 personas, tanto en Cocolí en el Pacífico, como en Gatún en el Atlántico.

Antes de la crisis, 10.000 obreros laboraban en el proyecto, muchos de los cuales fueron despedidos por el consorcio.

Grúas y vehículos de construcción detenidos, material de construcción desperdigado, gigantescas paredes a medio hacer y un tremendo silencio es el paisaje actual de las obras, muy distinto del hervidero de obreros de hace dos meses.

FUERA DE TIEMPO Y PRESUPUESTO
El administrador de la vía, Jorge Quijano, insistió ayer en que el Canal se va a terminar "en el año 2015 con o sin GUPC", algo que los analistas dudan.

"No me creo esa fecha, muy fácilmente puede llegar a 2016", dijo a la AFP el economista Francisco Bustamante, exfuncionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La ampliación comenzó en 2009 y debía finalizar en 2014, cuando el Canal -inaugurado el 15 de agosto de 1914 por Estados Unidos- cumple 100 años. 

Sin embargo, acumulaba ya un retraso de nueve meses antes de la postergación por la crisis actualLos expertos también consideran que la vía terminará costando más de los 5.250 millones estimados al inicio. 

"Ya de facto hay un incremento de costos y de tiempo. El Canal está demorando más de lo que se creía", dijo a la AFP el economista Horacio Estriví.

"El Canal va a costar más, hágalo quien lo haga", aseguró Bustamante, quien calcula en US$2.000 millones ese costo adicional.

Los sobrecostos se deberían a los arbitrajes a los que deberán someterse necesariamente GUPC y la ACP y al hecho de que una nueva compañía no retomaría las obras en cualquier condición.

"Terminar la obra con otro contratista va a tener un costo mayor porque el que entre va a iniciar de nuevo y va a exigir un precio muy distinto porque está entrando a resolver un problema", aseguró a la AFP el analista Ebrahim Asvat.

IMPACTO EN LA ECONOMÍA LOCAL E INTERNACIONAL
Un nuevo retraso hará perder a ingresos proyectados por la ampliación, que permitirá el paso por el canal de superbuques con más de 12.000 contenedores, el triple de carga de los actuales.

"El primer impacto es de carácter fiscal, ya que el hecho de que el Canal entre a regir después de la fecha prevista significa que se posponen los aportes que iba a dar al Estado", dijo Estriví.

El Canal aporta a Panamá unos US$960 millones, cerca del 10% de los ingresos fiscales totales. Se estimaba que los ingresos adicionales por la ampliación ascenderían el primer año a 300 millones, a 400 millones en el segundo y a 2.000 millones de dólares en el tercero.

Pero el retraso no sólo impacta en Panamá. La obra llevó a Estados Unidos a adaptar sus puertos del Golfo de México y de la costa este con inversiones millonarias para dar cabida a los nuevos cargueros que pasarán por Panamá.

"Estados Unidos tiene mucho interés en que esta ampliación se termine. Ellos no quieren tener instalaciones mermadas esperando", aseguró el administrador de la vía, Jorge Quijano.

Un 5% del comercio mundial pasa por el Canal, cuyos principales clientes son Estados Unidos y China.

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