“Capital en el siglo XXI”, el libro que se ha convertido en un bestseller mundial por afirmar que la desigualdad es el resultado natural del capitalismo y que ha convertido a su autor, el economista francés Thomas Piketty, en una “superestrella” de la economía mundial, enfrenta ahora su más difícil escollo, pues el Financial Times ha revelado los resultados de una investigación que pone en entredicho la data que lo sustenta.
Piketty había recibido hasta el momento diversas críticas sobre todo por la propuesta de política pública con la que acaba el libro, vale decir, la implementación de un impuesto progresivo al capital de naturaleza global. Sin embargo, por lo general se había destacado el enorme esfuerzo de compilación de data que hace en el libro para sustentar su teoría sobre hacia dónde va la desigualdad en el mundo, y la pulcritud metodológica de tales cifras.
No obstante, la investigación del Financial Times, conducida por Chris Giles, muestra que el libro de Piketty está “plagado de errores”, especialmente en lo que respecta a la data referida al Reino Unido. Según Giles, Piketty afirma que el 10% más rico de la población británica tiene 71% de toda la riqueza del país, pero esto contradice la data de la Oficina Nacional de Estadística británica que ubica este segundo dato en solo 44%.
Esta discrepancia motivó a Giles a realizar un análisis más exhaustivo, lo que derivó en que se encontraran más errores. “Algunos números parecen haber sido construidos de la nada”, indica Giles en su blog. Habida cuenta de los errores identificados, dos de las conclusiones del análisis de Piketty pierden sustento, a decir de Giles: que la desigualdad empezó a subir en los últimos 30 años y que EE.UU. tiene una distribución de riqueza más desigual que Europa.
En este post del blog de Chris Giles se explican en detalle las objeciones metodológicas al libro de Piketty, que se refieren principalmente al capítulo 10 de la obra y tienen que ver con los hallazgos respecto de Francia, Suecia, Reino Unido y EE.UU.
En su respuesta a la investigación de Giles, Piketty señala que colgó toda su data en línea precisamente para que sea revisada por terceros y que sus series históricas sin duda son perfectibles, considerando que las fuentes no son todas igual de confiables y que algunas series han tenido que ser homologadas para hacerlas comparables entre sí.
No obstante, el economista francés descarta que esto tenga un impacto significativo en los resultados generales de su análisis. Finalmente, termina diciendo que estaría “feliz de cambiar mi conclusión” si el Financial Times produce estadística y ránkings de riqueza que muestren lo contrario.