Al cierre del 2013, la economía japonesa reportó un déficit comercial récord de US$112.100 millones, un 65% más que el año anterior.
Ello se debió principalmente a la debilidad del yen y al aumento drástico de las importaciones de crudo y gas para sustituir la energía nuclear que utilizaba el país, a consecuencia de la catástrofe de Fukushima de marzo de 2011. Precisamente ese año Tokio registró su primer déficit comercial en 31 años.
La central nuclear sigue desactivada y bajo inspección.
La devaluación del yen en un 22% en 2013, impulsó en realidad las exportaciones en un 9,5% hasta los 69,8 billones de yenes, pero encareció aún más las importaciones, que aumentaron un 15% hasta situarse en un nivel récord de 81,3 billones de yenes.
Las importaciones de crudo aumentaron un 16% respecto a 2013 hasta los 14 billones de yenes y los de gas natural un 17,5% a 7 billones, según el Ministerio.
Los expertos esperan que la tendencia continúe y que Japón siga registrando déficit comercial durante un largo periodo.