El Tribunal Correccional de París emitió una orden de arresto contra Thierry Boutin. (Foto: Shutterstock)
El Tribunal Correccional de París emitió una orden de arresto contra Thierry Boutin. (Foto: Shutterstock)
Agencia EFE

La justicia francesa ha dictado su primera condena por el delito de manipulación del mercado contra el financiero Thierry Boutin, sentenciado a dos años de cárcel y a una multa de 2.662.276 euros para lo que se ha decretado la confiscación de una cuenta por esa cantidad que tiene domiciliada en Reino Unido.

La Fiscalía Nacional Financiera (PNF, en sus siglas en francés) explicó en un comunicado este viernes que, como Boutin de forma deliberada no acudió ayer a la lectura de su sentencia, el Tribunal Correccional de París ha emitido contra él una orden de arresto.

Además, los jueces admitieron que se constituyera en acusación particular la Autoridad de los Mercados Financieros de Francia (AMF), a la que tendrá que pagar 99.064 euros.

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De hecho, fue la AMF la que, al término de una investigación administrativa sobre las acciones de Dolphin Integration comunicó el 19 de octubre de 2018 sus conclusiones al PNF, que abrió una investigación judicial el 30 de enero de 2020 que condujo a la imputación y al arresto del financiero, que estuvo varias semanas detenido.

Las pesquisas que llevó a cabo la brigada financiera de la policía a la que se encomendó la investigación permitieron confirmar que Boutin entre 2016 y 2017 manipuló las acciones de Dolphin, una empresa de semiconductores en la que tenía un 14 % del capital, al dar “indicaciones falsas o engañosas” o fijando una cotización “a un nivel anormal o artificial mediante procedimientos ficticios”.

En concreto, haciéndose pasar por un buen conocedor de los mercados financieros, aconsejó a los miembros de una familia propietaria de un gran distribuidor automovilístico, los Gerbier, que compraran títulos de Dolphin cuando él vendía la totalidad de su participación con una plusvalía de 2,6 millones de euros.

Al cabo de unos meses, Dolphin se declaró en suspensión de pagos y, tras la liquidación judicial, sus activos fueron subastados a un precio que apenas compensó una mínima parte del dinero invertido en las acciones.

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