¿Será WhatsApp un buen negocio tras ser vendida a Facebook?
¿Será WhatsApp un buen negocio tras ser vendida a Facebook?
Redacción EC

MARCELA MENDOZA R. /  

El mundo tecnológico está conmocionado y los inversionistas de seguro que ya se muerden las uñas entusiasmados. . El último postrecito de chocolate del mostrador ya tiene dueño. Y el favorecido es nada menos que el galán de turno, Facebook, quien lleva ya poco más de un año cotizándose en la bolsa con bastante buen pie.

Si miramos el acontecimiento en forma instantánea, podríamos quedarnos con una saludable recuperación del precio de la acción del blanquiazul que reina entre las redes sociales. Ayer llegó a los US$68 gracias a una mirada condescendiente de los millonarios inversionistas, US$10 más de lo que valía al cierre del mes pasado y el doble de lo que costaban a mediados del año pasado, cuando tuvo una de sus varias bajadas.

Pero esta venta no puede ser vista con mirada cortoplacista. Aquí estamos ante una movida estratégica de un líder tomando por las astas a otro líder, no digamos competidor directo, pero sí indirecto en términos de popularidad.

es el sistema de mensajería instantánea gratuita más popular no solo en Europa, sino también en Perú y en el resto del mundo con 400 millones de usuarios bastante asiduos a su servicio. Facebook es la red social más popular con 1.330 millones de usuarios activos al mes. Pero si miramos a los usuarios móviles, principal forma de comunicación actual, vemos que, según PC Magazine, hay más usuarios (44%) usando Whatsapp que el sistema de mensajería de Facebook (35%). Entonces la adquisición tiene tanta lógica como ocurrió con : aquí está el gran galan adquiriendo al pequeño que en su subsegmento, lo dejaba rezagado. Tan simple como eso. 

¿UN BUEN NEGOCIO?
para ellos en el sentido de presencia de  marca y liderazgo en todos los segmentos en los que compite. De hecho, estudios de la Universidad de Princeton habían vaticinado hace no mucho que la creación de estaba entrando a su declive y , oh casualidad, prefería usar para comunicarse aplicaciones más frescas como el mismísimo WhatsApp.

Esta estratégica movida, si miramos las investigaciones de mercado, pone en las manos de los accionistas de la popular red a la niña más codiciada del que tendrá que ser un negocio rentable en algún momento: la mensajería gratuita evita ponerse a competir, en un futuro no tan lejano, por ganar el liderazgo en dicho segmento.

Sin embargo, no todo es color rosa. Al igual que cuando , aquí estamos en un movimiento por imagen, más que por dinero que entrará en forma inmediata. Estos servicios gratuitos son populares, sí, pero no han sido los mejores negocios del mundo. Y ni digamos, o recordemos, la compra de otro servicio gratuito popular por parte de otro gigante: Google y YouTube.

cambió dos veces de dueño, incluyendo sus propios creadores que intentaron retomar el control, antes de sucumbir frente a la ventanita gigante justamente porque no estaba clara la forma en que fuera por si solo sostenible. Y WhatsApp sufre también del mismo problema. Fue creada por gente que ama la gratuidad de los servicios y no le importaba ser multimillonarios, ni mucho menos. Por eso sus prestaciones lograron tantos adeptos: era bueno a pesar de no tener valor monetario alguno, a excepción de los pocos dólares que implicaba su descarga en el sistema de Apple.

Facebook también nació como un portal gratuito y no tenía clara su forma de ganar dinero hasta que los convencieron de vender publicidad. Entonces empezó a hacerse rentable. Y esto se concretó aún más cuando se sometió a las exigencias que los inversionistas que lo apoyan en Wall Street le impusieron. Y estos mismos inversionistas pedirán para este nuevo producto, alguna rentabilidad.

WhatsApp, sus fundadores lo saben bien, ya tenía la presión de ser rentable y una manera de lograrlo era empezar a cobrar por cada vez que un usuario instalara el servicio. O por productos de valor agregado. Se resistió a hacerlo por mucho tiempo. ¿Podrá cobrar ahora?.

Si Facebook comete el error de convertirlo en un servicio pagado perdería a todos los que somos asiduos usuarios de Whatsapp, tanto como si Skype se hubiera convertido en un producto bajo licencia o funcionara bajo contrato. No hay forma de que aquello sea una alternativa conveniente. Entonces solo les quedará, para tratar de convertirlo en rentable, acudir a los anunciantes. Pero tendrán que tener mucho tino, estilo y prudencia para no terminar espantando a los usuarios porque si bien ahora estamos dispuestos a mirarlos un aviso antes de algún video en YouTube, la mayoría lo hace de malga gana y difícilmente nos resignaremos a tener que estar cerrando ventanitas publicitarias cada vez que una vital conversación se lleve a cabo.

La tarea de volverlo un buen negocio por si mismo no será, está claro, nada fácil.   

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