Más de 3.5 millones de trabajadores peruanos se encontraban en situación de informalidad laboral al cierre del 2017. (Foto: USI)
Más de 3.5 millones de trabajadores peruanos se encontraban en situación de informalidad laboral al cierre del 2017. (Foto: USI)

Su nombre es Eusebio González. Es un honrado trabajador. Pero en su barrio es conocido como El Mágico. Y es que no hay labor que no sepa hacer bien; si se necesitan trabajos de albañilería, electricidad, gasfitería, pintura u otros, él los hará. O subcontratará a quien sepa hacerlos. Y bien.

Pero su problema es ser tan bueno en lo que hace. Uno de sus habituales clientes le pidió que le hiciera los trabajos necesarios para la remodelación de su oficina. Todo iba bien hasta que el cliente le pidió factura y su número de cuenta bancaria para depositarle el avance. Es decir, necesitaba tener una empresa constituida. Como es habitual entre los trabajadores independientes, Eusebio es informal.

Como era un trabajo que le interesaba hacer, pidió un par de días para averiguar qué necesitaba. Si bien la constitución de la empresa era relativamente sencilla, los costos de mantenimiento de una cuenta bancaria (averiguó en tres; dejó de hacerlo cuando le dijeron que tenía que pagar S/55 mensuales) y la necesidad de dejar un 12% del monto de la factura en una cuenta que tenía que abrir en el Banco de la Nación, lo terminaron de disuadir. Es decir, si ya iba a pagar el impuesto, no veía la razón por la que su liquidez tenía que verse afectada (un amigo economista le explicó que eso se llamaba “externalidad” y que lamentablemente el mal comportamiento de otros deudores tributarios le iba afectar a él, pero que pagando sus impuestos podía después pedir la devolución de lo que tuviera depositado en el Banco de la Nación). Hechas las sumas y restas fue con un nuevo presupuesto donde el potencial cliente, quien encontró muy alto el nuevo costo de los servicios. Con resignación, Eusebio tuvo que decirle que gracias, pero no.

Usualmente no tenemos estos factores en cuenta y luego nos preguntamos por qué la informalidad es tan alta o qué hace que las empresas no crezcan. Si bien la historia de Eusebio es ficticia, los problemas mencionados sí ocurren en la realidad peruana.
En el 2019, cuando se discuta la reforma laboral, uno de los ejes que no puede obviarse es el del trabajo independiente; después de todo, los independientes no profesionales representan 35,1% de la población ocupada. Optar por la informalidad es, aunque las personas y las empresas que lo hagan no necesariamente se den cuenta de ello, el resultado de una optimización con restricciones; por ello, remover o disminuir las restricciones ayudará a la formalización. ¿Será posible crear condiciones que faciliten la formalización? Esperamos que el próximo año se avance en esa dirección.