Ben Schneider

Las siglas que mejor explican el actual entorno en que se desenvuelven los negocios es “VICA”: “Volatilidad”, “Incertidumbre”, “Complejidad” y “Ambigüedad”. Los gestores perciben que cada vez mas variables que afectan sus negocios están fuera de su control.

En estas circunstancias la reacción más común es la reducción de costos. Pero, ¿cómo hacerlo para no terminar afectando a la empresa?

Es claro que la reducción de costos tiene como principal objetivo obtener ahorros de corto plazo que mejoren temporalmente el flujo de caja, factor determinante en todo negocio.

Sin embargo, es necesario reenfocar este concepto. Cada costo en el que incurre una firma ha sido concebido como necesario, con el propósito de desarrollar tal o cual competencia y por ello, al evaluar eliminarlo, debemos sopesar qué actividad estamos afectando y cómo esto impactará en nuestro desarrollo futuro.

Lamentablemente, la mayoría de las empresas en el apuro por eliminar costos, lo hace en forma indiscriminada afectando su ‘performance’.

Un estudio de la firma PWC encontró que 42% de los directivos encuestados, identificó a la reducción de costos como su principal objetivo en el 2023, siendo la reducción de personal una de las prioridades. ¿Cuánto invierte una firma en el desarrollo del talento de sus colaboradores?

El profesor Gary Hamel del London Business School, utiliza esta parábola: “Si le corto una pierna a un hombre pesará menos, mas no caminará más rápido”.

Para lograr reducir costos en forma estratégica hay que preguntarse, ¿si pudiéramos empezar de nuevo, invertiríamos en este tipo de negocio? De ser afirmativa la respuesta: ¿qué actividades mantener y cuáles eliminar?

La firma PWC, a través de sus investigaciones, recomienda cinco pasos para reforzar esta técnica: El primero, plantea el relacionar cada costo con uno o más resultados ligados al crecimiento. El segundo, exige el aplicar una simplificación radical a los procesos. El tercer paso, recomienda digitalizar las cadenas de valor de la firma. El cuarto paso, propone el dedicar las mejores mentes a las actividades distintivas y utilizar el ‘outsourcing’ para las actividades operativas. El quinto paso, requiere el desarrollar un sistema de seguimiento de costos, con alertas, de manera tal que la gerencia de costos no sea un tema eventual que aparece con una crisis, sino una actividad constante. Tomar en cuenta que será clave privilegiar el promover el talento en ambientes de trabajo adecuados que permitan a nuestros colaboradores rendir a plenitud. El entorno “VICA” así lo exige.


Ben Schneider, PhD en administración de empresas, empresario y director del MBA de Pacífico Business School. *Empresario y director del MBA de Pacífico Business School

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