Rocío Lockett se desempeña como gerenta administrativa de Metax, empresa que fabrica mobiliario y equipo médico como camillas y camas UCI. Frente al contexto de pandemia tuvieron que adaptar no solo su forma de trabajar, sino también los equipos que fabricaban. Ejemplo de ello fue Vita Peso, una cama que permitió monitorear el peso de los pacientes diagnosticados con COVID-19. Lockett ha sido reconocida recientemente como Líder Empresarial del Cambio (LEC).
—¿Cómo realizan el trabajo de ensamblaje de sus equipos?
Nuestros productos emblemáticos son las camas y camillas. Desde la pandemia venimos trabajando mucho con camas hospitalarias y camas UCI. El proceso es complicado porque una cama tiene más de 300 componentes. Tratamos de fabricar productos que brinden mucha comodidad, no solo al paciente –que es el usuario final–, sino también a las enfermeras y al personal médico.
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—¿Sostienen conversaciones con centros hospitalarios y clínicas para tal fin?
A través de conversaciones de este tipo conocimos durante la pandemia que se necesitaba monitorear el peso de los pacientes y desarrollamos una cama que se llama Vita Peso, que tiene sensores incorporados que ayudan mucho al personal de salud porque cuando se tienen que dosificar fármacos, el peso es una información valiosa. Ello sobre todo en el caso de pacientes con obesidad, que se reportó mucho en la parte inicial del COVID-19.
—Frente a ello, ¿cómo les fue durante el año 2021?
La venta no fue lo que esperábamos. Recién este año vemos posibilidades de negocio. El 2019 estuvo mejor por la ejecución de proyectos. En términos generales, la inestabilidad política perjudica mucho el desarrollo del sector salud.
—¿Han visualizado más oportunidades para los próximos años?
Vemos que hay muchas oportunidades porque prácticamente la pandemia desnudó la situación de la salud en el Perú. [La situación] era bien crítica. El país ha estado desprovisto. Hay muchos proyectos de hospitales que están todavía paralizados y una gran demanda de infraestructura para la salud en todo el país. Hay carencias muy grandes. Queremos prepararnos para trabajar más en obstetricia y neonatología.
—¿A qué responde esta decisión?
Desde lo que vemos, hay muchos decesos en el proceso de dar a luz porque no hay el equipamiento necesario, como incubadoras y cunas. Por ejemplo, un producto que quisiéramos desarrollar en el futuro son las cunas de calor.
—Entiendo que esto va de la mano con el trabajo que desempeña el Estado.
Es importante trabajar para la industria, trabajar con el usuario. Tenemos que entender las necesidades del paciente y el trabajador de la salud. Pero también es importante que esta acción sea a la inversa: que las entidades del Estado entiendan que el empresariado tiene mucho conocimiento sobre el tema, que le permita participar más. Hay mucho cambio tecnológico. Con la nueva normalidad, sabemos que nada es estable.
—¿Cuáles son sus proyecciones para este 2022?
Esperamos que sea un excelente año. Esperamos que haya mayor confianza en la industria para que se trabaje con más sinergia. Tenemos que entender que las empresas son socios estratégicos del Estado.
—¿Cómo recibieron la noticia del Premio LEC?
Me siento orgullosa de que tanto Asbanc como EY nos hayan incluido en este honorable reconocimiento. Estoy muy contenta de pertenecer a la empresa y ser parte del impulso que la saca adelante ante la adversidad.
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