Mauricio Olaya, socio del Estudio Muñiz y asesor de Arca Continental en la compra de Corporación Lindley, hace un balance del mercado de fusiones y adquisiciones en el 2015 y mira con relativo optimismo lo que viene para este año.
¿Cómo fue el 2015 para las fusiones y adquisiciones (M&A)?
Bastante magro. Desde el 2007 todos los años siguientes fueron muy buenos en términos de número de transacciones, monto involucrado por transacciones y diversificación por sectores. El año pasado fue magro en los tres elementos y el monto acumulado transaccional no llegó ni a los US$6 mil millones. Esa es la foto del 2015.
¿Qué pasó?
Entre el 2007 y el 2013, la economía del país crecía en un contexto regional y mundial bastante pobre. El Perú era visto como una joya por los inversionistas extranjeros. Las empresas peruanas que salían a la venta, que eran pocas, tenían una gran cantidad de jugadores peleándose por adquirirlas, las transacciones mostraban precios de locura.
Sin embargo, hacia mediados del 2013 nuestro crecimiento empezó a caer y el 2014 fue un mal año, justificado en cuanto a volumen únicamente por la operación de Las Bambas (US$6 mil millones). El primer semestre del 2015 fue el peor de fusiones y adquisiciones en la historia del Perú, pero comienza a ganar cierto dinamismo a partir del segundo semestre, cuando se dan transacciones como la de Maple, Hermes, Nuevo Mundo, Condor Travel y finalmente la más grande, la transacción de Corporación Lindley y Arca Continental.
¿Cuál fue la importancia de esa operación?
Es la transacción de M&A más grande en el sector real vinculado con el consumo. Ese sector es el que toma el pulso de la confianza del inversionista y del consumidor. La operación de Lindley habla de una confianza en el crecimiento del país. Es la apuesta de un inversionista extranjero en el país, en un contexto de alto grado de desconfianza y de muy poca dinámica en el mercado local.
¿Qué sectores estuvieron ausentes en el 2015?
El año pasado en ‘retail’ hubo transacciones muy pequeñas. Salud fue otro gran ausente, lo mismo con educación y tecnología de la información. Por otro lado, a turismo y servicios les fue bien. La compra de Hermes por parte de Carlyle es una transacción importante. Carlyle es un fondo de inversión grande y de mucho prestigio, que viene queriendo hacer transacciones en estos sectores desde hace mucho tiempo pero no podía porque los precios estaban por los cielos.
¿Qué podemos esperar para el 2016?
Probablemente no sea el año extraordinario de M&A, pero va a ser un buen año. Creo que la oferta y la demanda de valores de empresas entre vendedores y compradores ha comenzado a darse. Las apuestas están hacia el 2017, en que se siente que el país debería haber superado el proceso electoral.
Además hay un elemento que es importante y que a veces no se menciona: la pérdida de valor en dólares de las compañías. Probablemente no se han generado transacciones en el sector ‘retail’ porque la expectativa era de un número en dólares y la devaluación ha golpeado en un 13% o 15% el valor de las compañías en el Perú. En el 2016 habrá buenas oportunidades de compras selectivas a precios razonables y muy buenos negocios para los compradores pensando hacia futuro.
Eso teniendo en cuenta que el MSCI no recalifique al Perú a mercado frontera…
El Perú necesita mantenerse como bolsa de mercado emergente. Ahí creo que es importante lo que el Estado pueda hacer para darle dinamismo a nuestra bolsa de valores. Eso se traduce en tratar de que se recupere la confianza del consumidor.
Para ello, la transacción de Lindley ha sido sumamente positiva. Cuando se da esta operación la calificación de la empresa peruana es incrementada por las dos calificadoras de riesgo más conocidas en el mundo, sus acciones de inversión empiezan a tener dinamismo bursátil y se transan casi 50 millones de soles en tres días. Cuando entra alguien como Arca, se despierta expectativa por lo que hará en el país.
¿Cómo ve la venta de los activos de China Fishery Group en el Perú?
He manejado el 70% de las transacciones de M&A del sector pesca que se han dado en el Perú. Entre el 2005 y el 2011 se dio la consolidación del sector pesquero. Donde tenías una gran cantidad de jugadores quedaron unas seis empresas relevantes, incluida China Fishery Group. Sin embargo, en el 2013 el sector se empezó a enredar y hubo resultados bastante malos a los que se sumaron el fenómeno de El Niño y la reducción de las cuotas [de pesca]. Empezó a haber una tendencia ambientalista en el Ministerio de la Producción, y prácticamente era mejor tener las anchovetas en una pecera en tu casa que extraerlas para hacer harina. Las empresas pesqueras locales están logrando mantenerse pero no tienen un centavo para pensar en comprar otra pesquera.
¿Quién sería entonces el comprador?
La posible transacción de China Fishery Group no es una operación de mercado local. El problema viene de la matriz de la empresa en China, cuyo activo principal está afincado en el Perú y que en consecuencia va a tener que desprenderse del mismo. Ninguna empresa local podría estar interesada en un activo de este tipo, ni siquiera todas juntas podrían pagar el valor que están pidiendo (US$1.700 millones). Esta es una operación que se va a dar en el mercado mundial, probablemente vaya a estar en manos de algún fondo de inversión o de alguna empresa china.