"Las redes sociales y su rol en los hechos mundiales"
"Las redes sociales y su rol en los hechos mundiales"

Sucedió hace solo tres años. La llegada de la aumentó las esperanzas de muchos de nosotros de que una nueva generación de jóvenes socialmente conectados impulsaría nuestro planeta en la dirección de la verdad, la justicia y el cambio positivo.  

En aquel entonces, nuestro mundo recién conectado parecía un lugar acogedor, donde todo tipo de personas podían conectarse, opinar, y vivir en grande,  confiados en la creencia de que en algún lugar en el firmamento en línea podrían encontrar otros individuos con ideas afines.  

Pero últimamente, he leído mi “feed” de con cierto temor. Todas estas conexiones más estrechas no parecen estar conduciéndonos hacia la paz y el amor, o a la armonía y el entendimiento, ni nada parecido.

Por el contrario, las fuerzas del tribalismo, el sectarismo y el separatismo están vigentes dondequiera que uno busque en el .  Los musulmanes sunitas y chiítas se están matando entre sí en Irak y Siria. Los israelíes están tomando represalias contra los palestinos en Gaza.

VIOLENCIA A TODO NIVEL

Las milicias de la ciudad libia de Zintan han estado luchando contra los de un lugar conocido como Misurata en la capital Trípoli, mientras que los rusos se las están viendo con los ucranianos,  y con cualquiera que decida interponerse en su camino, según parece. 

En Europa, los votantes están acudiendo en masa a los partidos nacionalistas que se comprometen a mantener a los extranjeros fuera de sus países y a Bruselas fuera de sus políticas nacionales, mientras que el Reino Unido se prepara para los resultados de un referéndum el 18 de septiembre en el que los escoceses decidirán si ponen fin a su unión con Inglaterra.  

En EE.UU., los conservadores están expresando en masa su indignación ante las decenas de miles de niños procedentes de América Central que han estado entrando en su país ilegalmente de México, a pesar de que informes indican que muchos de los jóvenes huyen de la violencia en sus países de origen.  

Rick Perry, el gobernador republicano de Texas, se dispone a enviar 1.000 soldados de la Guardia Nacional a la frontera de 1.985 kilómetros de su Estado con México para que puedan interceptar a los pequeños peregrinos.

A su vez, Sarah Palin, la ex gobernadora de Alaska y candidata republicana a la vicepresidencia en 2008, hace un llamamiento para que el presidente Barack Obama sea impugnado por no tomar mayores medidas para controlar el flujo.

“Su crisis fronteriza es la gota que derrama el vaso y que hace que la mujer maltratada diga, ‘no mas’”, ella escribió en línea (provocando que el comediante Jon Stewart dijera: “Parece que la ex gobernadora Palin finalmente terminó de destrozar el idioma inglés y ha pasado a hacer lo mismo con el español”).  

EL PROGRESO NEGATIVO

No se suponía que fuera así. El progreso tecnológico ha logrado que sea mucho más fácil que la gente en el mundo entero pueda interactuar, y los inversores han apostado miles de millones de dólares en la premisa de que las personas que se conectan en línea serían comprensivas y generosas.  

Se esperaban mejores días. Tal fue el nivel de optimismo que nuestros ejecutivos de tecnología llegaron a sonar como los “hippies” de quienes, mirando directamente a las cámaras después de revolcarse en el barro durante un par de días, expresaron que se avecinaba un mejor mundo, como el de ellos.  

La carta de a los accionistas en el informe anual de 2012 de Facebook es representativo de ese fenómeno. “Cuando pienso en el mundo de hoy”, escribió el director ejecutivo de la red social, “lo que más me sorprende es cómo las vidas de muchas personas están mejorando cada día con solo conectarse en línea y unirse a la economía del conocimiento”.  

Pero la gente alrededor del mundo se ha volteado hacia adentro y está utilizando las nuevas herramientas de participación para expresar su disgusto hacia otras personas. Los medios de comunicación social se están convirtiendo en los medios de comunicación antisocial.  

Ya no es necesario que elementos violentos y antisociales se aventuren en las calles para insultar o pelear con palos y piedras, o lanzar balas y bombas. Ahora pueden tomar el camino más fácil y herir a sus enemigos con un teléfono móvil o con su computadora personal.  

Ninguna guerra está completa sin un frente en los medios sociales. En Gaza, el New York Times dice, Hamas emitió un video en hebreo proclamando que la “hora de la venganza ha llegado”, mientras que alguien en Israel escribió, burlándose: “Estamos matando a Gaza . . . Gaza es débil”.  

Lo verdaderamente preocupante es que tal vez esto sea lo que sucede cuando los Facebook de este mundo tienen éxito en su misión –como Zuckerberg expresó en su carta– “para darle a la gente el poder de compartir y hacer de este un mundo más abierto y conectado”.  

Era fácil suponer que la gente encontraría la felicidad en sus nuevas oportunidades de participar en el discurso directo, y sin editar.  

¿Qué sucede si ocurre lo contrario? ¿Qué pasa si muchos no están de acuerdo con las personas que están conociendo en línea? ¿Qué sucede si interactuar con desconocidos provenientes de tierras extrañas endurece sus corazones y amarga sus perspectivas? ¿Qué pasará después? 

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