A inicios de este año, una facción del Tren de Aragua asesinó a Ruby y Priscilla, dos trabajadoras sexuales que se negaron al pago de cupos. La muerte de Ruby, acribillada de 32 balazos, fue grabado y difundido en redes. Desde ese día, las trabajadoras sexuales del centro de Lima viven con temor, lo que las ha llevado a organizarse para protegerse de los extorsionadores y poder sobrevivir.