El amor, un tema inagotable

MARTHA MEIER MIRÓ QUESADA

El amor es, sin duda, un tema inagotable para la literatura, el cine y otras artes. En este variado número de El Dominical exploramos, también, estas expresiones de lo amoroso en la narrativa.

Cada 14 de febrero –es decir este viernes–, las parejas de la mayoría de países del planeta, sino todos, celebran su amor con intercambio de regalos, rosas, bombones, peluches, entre otras cosas que, a veces, pueden resultar bastante cursis. Es el llamado “Día de San Valentín” y de  manera exagerada y extravagante se recuerda con ese nombre a  alguien que probablemente jamás existió.

San Valentín supuestamente fue uno de los tres principales santos mártires romanos del siglo III. Su existencia es tan dudosa que la Iglesia Católica Romana anuló su celebración, en 1969, después de que esta fue instaurada por el Papa Gelasio I, aunque algunas parroquias y la Iglesia Ortodoxa siguen celebrando la fecha.

Es más que probable que las historias que rodean a estos mártires fueran creadas por  el imaginario popular en la Edad Media, principalmente en Inglaterra y Francia.

Una de estas historias empezó a asociar el 14 de febrero con lo amoroso, pues en tal fecha habría sido martirizado y ejecutado tras aferrarse al cristianismo y casar secretamente a parejas (pese a que el emperador Claudio II había prohibido expresamente el matrimonio religioso).

Los nórdicos, siempre más lógicos y prácticos, sostienen que alrededor del 14 de febrero las aves empiezan a aparearse y ver a los pájaros revoloteando, persiguiendo el macho a su hembra, crea un ambiente que recuerda el enamoramiento.

En esto de San Valentín, como en el amor mismo, no hay certezas.