MARTHA MEIER MIRÓ QUESADA @meiermq
Editora Central
“El mejor maestro es el que te ayuda a descubrirte. El que te muestra que eres mejor de lo que creías. Que no eres el que creías, que eres otro”, dijo Luis Jaime Cisneros , el querido y recordado maestro, académico e intelectual peruano, en una entrevista con este Diario.
Es cierto. Cisneros dejó el recuerdo de un hombre, cuya sencillez sumada a su gran conocimiento, iluminaba las mentes de sus alumnos y les dejaba lecciones para toda la vida.
Hoy, en el Día del Maestro, queremos rendir homenaje a esas personas que nos guiaron durante la niñez y la juventud, que soñaron y sufrieron con nosotros, que compartieron nuestros éxitos y fracasos estudiantiles. Esos maestros que nos inculcaron la curiosidad por saber más y nos escucharon para entendernos y para mostrarnos quienes éramos realmente.
La importancia de la palabra del maestro se hace palpable cuando se recuerdan ejemplos memorables, como el del autor de “La serpiente de oro”, Ciro Alegría, quien dejó un texto admirable sobre César Vallejo, su maestro del primer año de primaria. Ese poeta melenudo, flaco y de apariencia triste, que lo guió en el arte de contar historias. También está el agradecido testimonio del genial Jorge Eduardo Eielson, quien jamás olvidó las lecciones de su profesor José María Arguedas en un colegio limeño. Lecciones que el poeta y artista recordaría durante toda su vida.
En esta edición recogemos algunos testimonios de maestros, como la educadora Ana María Izurieta, y también recordamos las grandes, memorables, entretenidas o dramáticas películas que los profesores han inspirado.
Una de ellas, “Al maestro con cariño”, fue un drama escrito y dirigido por James Clavell, que aborda los complejos temas sociales y raciales de la sociedad contemporánea. En la cinta, el gran Sidney Poitier interpreta al profesor Mark Thackeray, un ingeniero desempleado que aplica a un cargo como maestro en una zona marginal de Londres. Entonces, se debe enfrentar a un grupo de jóvenes desadaptados e inmaduros, a quienes enrumba por el buen camino. Ese es uno de los grandes legados de los mejores profesores, saber descubrir lo mejor de sus alumnos.