(Foto: Archivo Histórico El Comercio)
(Foto: Archivo Histórico El Comercio)
Mario Fernández

Los lunes, en los balcones de la redacción de El Dominical, las discusiones sobre el fútbol eran costumbre. Y si el día anterior habían rivalizado Alianza Lima y Universitario de Deportes, mejor: por un lado, el doctor Paco defendía la blanquiazul; y, por el otro, Luis ‘Cartucho’ Miró Quesada Garland, la crema.

Un jueves 7 de enero de 1971 el doctor Paco se fue muy temprano a recoger a sus hijos Francisco y Diego para llevarlos al estadio. Esa noche el combinado Alianza-Municipal enfrentaba al poderoso Bayern de Franz Beckenbauer, Sepp Maier y Gerd Müller, los mismos que un año antes nos habían ganado 3-1 en el Mundial de México, con tres goles de Müller. El combinado goleó 4-1 a la visita con dos golazos de Cubillas, uno de Baylón y otro de Guzmán. Gran parte de la mañana siguiente el doctor Paco no se cansó de hablar de los amagues exitosos del Cholo Sotil o la sutileza con que el Nene llevaba la pelota. Toda su vida idolatró al tándem Cubillas-Sotil. De ahí su amor por Alianza Lima. También disfrutó del boxeo. No se perdió una pelea de Mauro Mina. Y hasta lo practicó: una mañana en un ring instalado en la Universidad de San Marcos hizo guantes con Kiko Ledgard, que llegó a ser campeón amateur liviano. Recibió duros golpes del bueno e inefable Kiko, pero tampoco se quedó. También le dio.

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