El número de damnificados asciende a casi 2.000 ciudadanos. (Foto: Anthony Niño De Guzmán / GEC)
El número de damnificados asciende a casi 2.000 ciudadanos. (Foto: Anthony Niño De Guzmán / GEC)
Rocío Huatuco

Una tragedia, en su quinta acepción, es una ‘situación o suceso luctuoso y lamentable que afecta a personas o sociedades humanas’. Es la palabra precisa para describir la situación en la que se encuentra San Juan de Lurigancho por el colapso de un colector de desagüe.

En los medios de comunicación, se ha reportado este problema como un aniego, es decir, una inundación. Se debe recordar que el verbo anegar (‘inundar’) no se conjuga como negar. En lugar de “Las calles se aniegan”, debemos escribir “Las calles se anegan”. Este anegamiento (forma también válida) ha sido causado por la rotura de una tubería de aguas servidas o residuales (se pueden usar en singular o en plural).

Para solucionar este desbordamiento, Sedapal (como es un acrónimo, solo la primera letra se escribe con mayúscula) ha cortado el servicio de agua en casi todo el distrito, y ha empezado a distribuir este elemento en camiones cisterna. Cisterna se usa en aposición: no se une a la palabra anterior con guion y el plural solo afecta a la palabra principal, en este caso, camión.

Una de las zonas afectadas es la avenida Tusilagos. Un tusilago es una planta herbácea. No lleva tilde, pues es grave, aunque la mayoría lo pronuncia como si fuera una esdrújula: *Tusílagos.

Camiones de cisterna de la Marina de Guerra llegó a San Juan de Lurigancho. (Fotos: Marina de Guerra)
Camiones de cisterna de la Marina de Guerra llegó a San Juan de Lurigancho. (Fotos: Marina de Guerra)

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