En la década de 1970, Marco Aurelio Denegri fue director de la revista científica y artística de cultura sexual "Fáscinum".
En la década de 1970, Marco Aurelio Denegri fue director de la revista científica y artística de cultura sexual "Fáscinum".

sostenía que los seres humanos vivimos una videocracia o, en sus palabras, la padecemos, porque condiciona de la peor manera la forma en que apreciamos y aprehendemos el entorno. Esa dictadura de la imagen —aseguraba— no va en conjunción con la inteligencia y la abstracción que son, en esencia, inherentes al pensamiento. En línea con el filósofo italiano Giovanni Sartori —quien afirmaba que el video transformó al homo sapiens en homo videns—, Denegri concluía que la lectura no se aviene a la imagen porque el hombre que piensa es un animal mental, y aquel que solo ve resulta apenas un animal ocular, tal como lo señalara en el prólogo de su libro Miscelánea humanística.

Puede parecer paradójica y hasta incongruente que esta tesis provenga de un hombre que se transformó en una de las figuras más longevas y admiradas de la televisión nacional tras 45 años, con escasos intervalos, en la conducción de programas en este medio, 18 de ellos en el canal del Estado. Sin embargo, no lo es, tratándose de quien enjuiciaba a la propia televisión desde esa tribuna que le gustaba definir como contracultural, cuestionando valores predominantes en el sexo, la religión, el amor, la política, la música o cualquier actividad del quehacer humano.

Denegri se preocupaba del tipo de país y mundo representado en nuestra televisión, de qué manera la propia sociedad peruana se veía y se mostraba a sí misma, e indagaba si todo ello sería distinto sin la presencia de una cámara. Hoy que la función terminó y el maestro de la palabra ha partido, dejándonos algunos de los programas más memorables de la televisión peruana, solo nos resta rendirle homenaje pugnando por mantener viva esa mirada crítica sobre las viejas taras que aún arrastramos, y siendo parte de aquella lucha quijotesca que emprendió para hacer que la reflexión y la cultura se impongan sobre la barbarie.

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