Conozco a Salvador del Solar desde hace más de veinte años y he sido testigo de su excelente formación universitaria en el campo del Derecho; de su estudio e interés en el periodismo y la comunicación política, así como en los diversos campos de la cultura y el arte. Puedo confirmar su enorme atracción por las artes escénicas, que lo llevaron a declinar estupendas ofertas de trabajo primero como abogado, y luego como profesor universitario y periodista. Fiel a esta vocación por el teatro, en primer lugar, tuve la fortuna de dirigirlo y de conocerlo cada vez más, especialmente en su preocupación por ser un artista responsable y un ciudadano que asumiera posiciones a favor del desarrollo del Perú.
La vida lo llevó al mundo de la producción televisiva, que tiene un mercado muy importante en nuestros países, pero nunca dejó de pensar en un teatro y un cine consecuentes con lo que él quería decir. En los últimos meses, luego del enorme éxito internacional de sus películas, me buscó para contarme que quería volver a trabajar por la cultura en el Perú. Constato que lo ha hecho por la puerta grande y, como se dice en el teatro, le “ha salido al toro” para asumir grandes responsabilidades.
Me complace mucho, la verdad. Desde que dejé esa responsabilidad, no he dicho nada sobre el Ministerio de Cultura, pero ahora que me pregunta El Dominical, lo hago con gusto para decir, además, que ese ministerio del Estado peruano tiene gente de primer nivel en todas sus dependencias, no solo en su lugar central, sino en todo el país, aunque lamentablemente sufra las limitaciones presupuestales más duras. Estoy seguro de que Salvador del Solar reconocerá a todas aquellas personas que allí trabajan y juntos darán lo mejor de sí a favor de nuestro riquísimo y diverso patrimonio cultural y artístico.