Redacción EC

LUIS SILVA NOLE
Redactor de Sociedad

El huachano Juan Pichilingüe La Rosa, de 77 años y cultor de la escuela antigua de barberos de Lima, trabaja desde hace medio siglo en el mismo local de la cuadra  2 del jirón Grau, en .

Viejos sillones, escobillas de la época de Glostora, un banderín del y el buen humor del peluquero que cada mañana trota por el malecón miraflorino hacen que ingresar en la peluquería Grau sea como entrar en una máquina del tiempo. “Seguiré cortando hasta que las manos me empiecen a temblar, y creo que para eso aún falta bastante”, dice Juan.

Este fígaro es parte de ese pujante grupo poblacional integrado por 1’620.800 personas mayores de 60 años que trabajan en nuestro país, según la estimación del , tras realizar la Encuesta Nacional de Hogares y la Encuesta Permanente del Empleo en Lima Metropolitana, en el tercer trimestre del año pasado.

Según el INEI, ese número es el 54,7% del total de la población mayor de 60 años del Perú, la que hasta setiembre pasado era 2’961.400 personas (9,6% de la población total).

“Aún estoy operativo. Me empujan a seguir trabajando la necesidad económica y el saber que mi salud se favorece con la alegría que produce el atender a las personas”, asegura el barbero Juan Pichilingüe.

Si bien es una realidad el trabajo en la vejez, el Estado aún interviene poco. Astrid Sánchez, directora de Capacitación Laboral del , indica a El Comercio que ese sector emitió entre el 2012 y el año pasado 43 certificados de competencia laboral (reconocimiento de la experiencia) a adultos mayores.

EL OTRO MANOS DE TIJERA

“Ser sastre es un arte que me da beneficio. Lo soy desde los años 80. Hoy tengo 63 y sigo en lo mismo. Y lo haré hasta que el cuerpo aguante, como muchos de mi generación a los que las magras pensiones obligan a trabajar”, dice Martín Condori Mamani, uno de los dueños de Mister Internacional,tienda de ternos de la cuadra 1 del Jr. Ucayali, en el Cercado de Lima.

En ambos casos, la llegada de clientes interrumpe la entrevista. El trabajo es primero.

RECIBO POR HONORARIOS

Según el abogado laboralista Jorge Castro Muñoz, de la , el único modo de prestar servicios luego de la edad de jubilación (65 años) es por recibo por honorarios (fuera del régimen laboral), que no genera en el empleador la obligación de dar beneficios sociales al trabajador.

Para Castro es necesario revisar y modificar la ley. “Lo ideal sería que, si aún tiene capacidades, el adulto mayor y su empleador acuerden la edad particular de jubilación”, dice.

Según fuentes del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, las iniciativas de leyes laborales para la tercera edad deben partir del , por ser el ente protector de ese grupo etario.

PIDEN CRÉDITOS

Según la Encuesta Nacional de Hogares y la Encuesta Permanente del Empleo, realizadas por el INEI en el tercer trimestre del año pasado, la mayor parte de la masa de la población económicamente activa (PEA) –ocupada y adulta mayor– del área urbana de nuestro país trabaja de manera independiente. Estos representan un 53,1%.

Es el caso de los esposos Emérico Espinoza Cuenca, de 68 años, y Felícitas Pacheco Diamonte, de 62 años. Ambos han forjado una dinámica microempresa y pequeña empresa (mype) de confección y compostura de prendas de vestir en .

“Este local [ubicado en la cuadra 1 de la calle Los Halcones, cerca del cruce con la Av. Domingo Orué] es alquilado y queremos sacar un préstamo para comprar un local propio”, comenta Emérico.

“Desde que me jubilé hace 10 años ayudo a mi esposa en este negocio. Hace seis años formalizamos la empresa gracias a la Ley de . Hemos sacado préstamos menores, pero los bancos deben ser más flexibles para dar créditos a las personas mayores”, dice Emérico.

REALIDAD PREOCUPANTE

El Banco de la Nación da préstamos a jubilados con bajos intereses. Pero hay realidades más preocupantes. Por ejemplo, la Asociación de Personas Adultas Mayores de la Región Arequipa pide al Estado que garantice créditos a aquellos que no gozan de pensión.

El Plan Nacional para las Personas Adultas Mayores 2013-2017, del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, tiene el acceso a créditos para microemprendimientos como un objetivo. Sin embargo, fuentes de ese sector dicen que para satisfacer el deseo arequipeño se requiere dar una nueva ley. “Eso es complicado”, refieren.

ACTUALIZACIÓN DE DATOS

Según el INEI, el índice de incremento de la población económicamente activa (PEA) adulta mayor entre el 2012 y el 2013 fue de 6,6%. Asimismo, el 25,5% de esa PEA estaba dedicada al comercio. Fue este rubro el que tenía el mayor nivel de participación.

El INEI había hecho público en agosto del 2013 que la población adulta mayor en el Perú llegaba a las 2’807.354 personas (9,2%), cifra que fue citada en esta página de El Comercio la semana pasada.

En nuestro país, la PEA adulta mayor urbana está integrada por 629.800 hombres y 387.300 mujeres.

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