Callao: frustran venta de tres niños a una pareja [CRÓNICA]
Callao: frustran venta de tres niños a una pareja [CRÓNICA]
Ana Briceño

Si no se sabe por qué quiso vender a tres de sus hijos y tampoco cuánto dinero iba a cobrar por cada uno, es porque Rosario Sánchez Portocarrero –madre de los menores– no ha admitido hasta el momento que intentó librarse de ellos. En la comisaría dijo: “Todo se trató de una confusión, acá nadie quiere vender nada, señor policía”. 

Pero sus vecinos no le creen, la policía tampoco y la fiscalía recién está investigando. Este Diario buscó infructuosamente a Sánchez dos días seguidos en un antiguo callejón, en el jirón Nicolás de Piérola, en el Callao, donde su casa tiene una roída sábana de colores en lugar de una ventana de vidrio, y una gruta descascarada con la imagen de la Virgen María, al costado. 

“Si busca a Rosario, no está. Casi nunca anda en su casa y a sus hijos se los ha llevado el Inabif [Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar]”, dice Julia Carrillo, su vecina, que fue testigo del momento en que la policía intervino a la mujer (el lunes 15 de agosto) y al padre de los niños, Esteban Luna Ramírez, de 65 años, cuando los menores iban a ser vendidos. Luna vive a una cuadra de la casa de Rosario. Ellos están separados hace varios años. 

También se intervino a la pareja de esposos Igma Loayza Quispe, una profesora de 35 años, y Richard Bellido Salazar, de 34 años, quienes habrían querido comprar a los menores de 5, 7 y 8 años, porque no podían tener hijos. Habían venido desde Andahuaylas a Lima para cumplir por fin el sueño de convertirse en padres. Finalmente los cuatro fueron liberados. 

–“La intermediaria”–

Un oficial de la Dirección de Investigación de Delitos Contra la Trata de Personas a cargo de la investigación asegura que María Loayza Quispe, hermana de Igma y vecina de Rosario, cumplió el papel de intermediara en esta historia.

“La señora Rosario tiene 12 hijos, que no puede mantenerlos, no recibe apoyo del papá y ella es una mujer iletrada. María le comentó que su hermana no podía quedar embarazada y podría hacerse cargo de tres de sus hijos, es así como la convence”, relata el oficial con información obtenida de los interrogatorios. 

El jueves 11 la pareja de esposos llegó a Lima y conoció a Rosario y a los niños. 
Intentaron ganarse el cariño de los menores a costa de regalos: juguetes, ropa y comida. “Esos niños siempre han dado pena. Se amanecían en el callejón. La mamá se ausentaba, quizá porque trabajaba”, comenta otro vecino. 

El oficial dice que la pareja pensó primero en adoptar a los niños, pero luego Richard Bellido se hizo pasar como padre de los menores con una demanda de filiación extramatrimonial falsa. 

La mañana del lunes, cuando se iban a llevar a los menores, los vecinos alertaron a la policía. “Los niños se iban llorando, diciéndonos adiós con sus manitos, se nos partía el corazón”, dice Julia. Ahora, los tres están en albergues separados. El Ministerio de la Mujer no brindó información sobre su estado de salud. La policía descarta que sea un caso de trata de personas. Ninguno de los niños tenía partida de nacimiento. 

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