¿Costa Verde a la deriva?, por Jorge Ruiz de Somocurcio

El último jueves 12 en la noche, el coliseo Manuel Bonilla de Miraflores estaba repleto de público inscrito para participar en la Audiencia de  El Comercio sobre la Costa Verde. Estaban presentes los alcaldes de Miraflores y Barranco y representantes de Magdalena y Lima Metropolitana. Además, la congresista Leyla Chihuán y Carlos Neuhaus, presidente de la Federación de Tabla. Los alcaldes de San Isidro, Chorrillos y San Miguel brillaban por su ausencia.

Las opiniones de vecinos y deportistas una a una fueron construyendo un pedido de auxilio de la Costa Verde hoy convertida esencialmente en un proyecto vial.

Medio siglo después de la idea original del arquitecto Ernesto Aramburú Menchaca, hasta ahora no nos ponemos de acuerdo en una visión para la Costa Verde. Hemos pasado desde la invasión de quioscos chicha en los años 60, hasta la invasión de cuello y corbata de restaurantes y clubes los últimos años transgrediendo la normatividad. 

En ese lapso hemos creado mitos como el de reserva natural o la intangibilidad de todos los acantilados que más bien han conducido a una parálisis de quienes quieren hacer las cosas legalmente bien, mientras quienes pescan a río revuelto invaden acantilados y playa con la complicidad de los alcaldes ante la falta de un plan maestro.

Es sorprendente que la actual gestión metropolitana, luego de haber estado 8 años en el gobierno municipal no tenga en este su tercer período una propuesta de visión de la Costa Verde. Anuncia más bien que “no se tocará ni un milímetro de acantilado” y a continuación reconoce que no se cuenta aún con un plan. ¿Cómo se puede afirmar lo primero si no existe lo segundo?

En la Audiencia se evidenciaron temas que ya generan consenso: a) el gran espacio público de carácter metropolitano b) playa en todo el litoral desde Pucusana hasta Ancón c) acondicionar la infraestructura vial al espacio público, con una visión de  respeto a las playas y no al revés (“no al tercer carril en Miraflores”) d) la visión de desarrollo debe ser interdistrital, recomponiendo la autoridad que actualmente no funciona. Sin embargo, esos consensos no son suficientes para construir una visión.

La última presidencia de la Autoridad de la Costa Verde dejó las bases de un Plan Maestro que tuvo un extraordinario proceso de consultas con pescadores, deportistas, alcaldes distritales, dirigentes vecinales, la Marina,  defensa civil, urbanistas y expertos holandeses. Ellos fueron convocados para construir una visión que entre otras ideas admite instalaciones urbanas de carácter metropolitano en el área de influencia de las 6 quebradas de la Costa Verde, conectando la zona superior con la inferior, así como para ganar terrenos y playas al mar sin alterar los ecosistemas. Hablamos de una inversión público-privada que puede fluctuar entre US$500 millones y US$1.000 millones.

¿Si la actual gestión municipal no tiene una idea a futuro de la Costa Verde, por qué no adopta ese punto de partida para formular la hoja de ruta que la ciudad necesita?