A mediados de enero, la empresa brasileña OAS, a cargo del proyecto Línea Amarilla (antes Vía Parque Rímac) y de los tres ‘by-pass’ de la Av. 28 de Julio, se declaró en insolvencia (situación motivada por su participación en el escándalo de corrupción de Petrobras). Ante este panorama, el grupo brasileño, acogiéndose a la ley de protección de quiebras de ese país, anunció la venta de sus acciones en cinco empresas para renegociar sus deudas con accionistas y acreedores, y así evitar la quiebra. Una de las compañías con acciones en venta de OAS es Invepar, que tiene la concesión del proyecto Línea Amarilla a través de la empresa Línea Amarilla S.A.C. (Lamsac).
La situación de insolvencia de OAS ha generado un clima de incertidumbre sobre el futuro de los principales proyectos viales del municipio de Lima.
La crisis de OAS se ha dejado sentir en otros países de Latinoamérica. Por ejemplo, en Uruguay, a raíz de que la empresa brasileña –que es la contratista principal de una planta regasificadora en Montevideo– anunciara su insolvencia, el consorcio encargado de la operación de la planta informó que podría replantear los términos del contrato para evitar retrasos.
Cabe preguntarse qué podría pasar con las obras viales a cargo de OAS en Lima. Para la empresa brasileña, estas no serán afectadas.
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