Luis Castañeda sabe que el silencio ya no es una opción. Así lo dejó entrever el 10 de abril último, cuando presentó un balance por los primeros cien días de su gestión como alcalde de Lima e hizo un mea culpa. “Ofrezco disculpas por la mala comunicación sobre la realización de obras y decisiones de la Municipalidad de Lima”, dijo entonces.
Pese a ello, para los limeños las disculpas parecen no ser suficientes. Según el sondeo de El Comercio-Ipsos realizado del 14 al 17 de abril pasado, solo el 19% de encuestados cree que el alcalde Castañeda comunica adecuadamente su plan de trabajo desde la comuna limeña. Esta cifra se reduce a 7% en el nivel socioeconómico E.
Expertos consultados por este Diario coinciden en que la deficiente estrategia de comunicación de Castañeda ha sido determinante para que su aprobación se reduzca considerablemente; sobre todo en los sectores de menores recursos, que podrían dejar de ser sus bastiones de popularidad. La reciente encuesta de El Comercio-Ipsos muestra que, desde febrero último, el alcalde de Lima ha reducido su aprobación en el NSE D de 75% a 58%; y en el NSE E, de 64% a 49%. En tanto, su desaprobación general ha aumentado 10% en el último mes.
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