La marcha de ayer contra el régimen laboral juvenil -conocido popularmente como ley pulpín- se desarrolló de forma pacífica por las vías de Lima. Sin embargo, tras el retorno a la Plaza San Martín pasada la medianoche, hubo enfrentamientos que habrían sido provocados por “infiltrados”.
Así lo sostuvo el jefe del Estado Mayor de la Región Policial Lima, Edison Salas Zúñiga, quien comentó que finalmente fueron cinco los detenidos, quienes estaban cubriéndose el rostro. Acotó que en la mochila de uno de ellos se encontró encontraron cuchillas, piedras, granadas fumígenas, bombas molotov, entre otros objetos.
“Durante todo el trayecto no se ha tenido ningún incidente entre los manifestantes. Se ha respetado la propiedad pública y privada. En forma pacífica se ha hecho esa marcha”, refirió a Canal N.
Pero ya durante enfrentamiento, dijo que a un policía le lanzaron una piedra en la boca perjudicándole los labios y dientes, mientras que uno de los detenidos estaba rompiendo el vidrio de un vehículo particular con un pedazo de adoquín.
“Ellos serían infiltrados. Cuando llegamos a la Plaza San Martín, se reunieron en el centro y luego de hacer unas arengas se retiraron por grupos. Cuando ya era casi la media noche, aparecieron por Nicolás de Piérola aproximadamente 300 manifestantes. Ellos llegaron al centro de la plaza y generaron todos los actos vandálicos. Dijeron que querían tomar Palacio de Gobierno”, manifestó.
Agregó finalmente que la violencia se desató cuando los manifestantes querían romper el cordón policial y de rejas en el cruce de los jirones Ocoña y De la Unión.
“Pero ya era insoportable, toda vez que lanzaron piedras, palos, botellas de vidrio, ratablancas, cachorros de dinamita y bombas molotov. Cuando dos efectivos casi se prenden como consecuencia de las bombas molotov es que se ha hecho uso de material lacrimógeno para dispersarlos”, finalizó.