La regla número uno es no tener que pelear. Pero, ¿qué pasa si alguien intenta ahorcarte con una llave o lanzarse sobre ti para hacerte daño?
Sukay Huapaya lleva 10 años haciendo jiu-jitsu y su cuerpo ha aprendido a reaccionar casi de forma automática ante una situación de peligro. Pasó hace poco cuando intentaron robarle por la espalda y de un rápido movimiento de brazos casi derriba a un ladrón que, desconcertado al verla moverse, escapó corriendo. Llegar a ese nivel ha supuesto mucha práctica y mucho control porque si la primera regla es no pelear, la segunda es estar preparada para defenderte.
En una sociedad donde los escenarios de peligro se multiplican para las mujeres, la autodefensa es sinónimo de sobrevivencia. Mientras la violencia familiar se traduce en 101.364 mujeres víctimas de agresiones psicológicas, físicas y sexuales de enero a setiembre de este año, por el lado de la inseguridad ciudadana también existe una situación de desventaja. De acuerdo con INEI, solo del periodo marzo a agosto del 2022, un 67% de mujeres se sentían inseguras de caminar sola en su zona o barrio de noche, frente a un 54,2% de varones.
Tipo de violencia familiar (Fuente MIMP) | Mujeres | Varones | Total |
---|---|---|---|
Física | 39.285 | 6.081 | 45.366 |
Sexual | 19.295 | 1.070 | 20,365 |
Psicológica | 42.784 | 8.497 | 51.281 |
Frente a este escenario —y a la par de que la necesaria y aún insuficiente prevención de la violencia de género— existen diferentes alternativas para defensa personal. Daniel Ordoñez, profesor de la academia Guigo Jiu Jitsu Surco, explica que esta es una de las alternativas más completas porque busca el control del oponente mediante técnicas donde la contextura es lo de menos. “Es el arte de controlar el movimiento de tu oponente, no importa si es más grande o más fuerte”, indica. Por eso, lo primero que aprendes es medir cada situación. “Cuando veo a una persona más grande no puedo ir ‘fuerza a fuerza’ porque pierdo, entonces busco su romper su punto de equilibro y tumbarlo”, indica Sukay.
Varios frentes
Gas pimienta que entra en la palma de la mano, navajas en forma de llaveros, herramientas para romper el vidrio de un carro, cortar un cinturón de seguridad o ligas para el cabello que sirven para tapar los vasos en las fiestas. El mercado de la seguridad para mujeres es amplio aunque aún poco explorado. Ronald Rengifo, director de la Asociación Perú Seguro y promotor de la Escuela Internacional de Seguridad (EIS), que el último sábado realizó la expoferia ‘Defiéndete mujer’, sostiene que la mayoría de la oferta en seguridad está orientado a varones: si a unos les enseñan a usar armas no letales o armas, a las mujeres simplemente les daban silbatos para que llamen a otros y las defiendan.
Pero el interés existe, dice, por eso a la feria se sumaron 14 empresas de seguridad y tecnología además de la Policía Nacional del Perú, Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables y la Municipalidad de Magdalena. Además de demostración de uso de armas de letales, prácticas de tiro con réplicas de armas y exhibición de herramientas, hubo talleres para identificar la violencia psicológica en la pareja, familia y entorno; ciber fraude y seguridad informática, defensa urbana y tácticas y movimientos de escape.
“Lo que se busca es brindar herramientas físicas y de conocimiento para que las mujeres puedan defenderse solas en distintos frentes: en casa, en el colegio, en un taxi, en una fiesta. Lo primero es identificar riesgos y ahí va de violencia familiar, acoso callejero o robos. Es muy amplio”, dice.
La clave no es buscar el enfrentamiento con el agresor o ladrón sino estar preparada para cualquier circunstancia.
El próximo 28 de noviembre, ESI realizará la Conferencia Internacional de Prevención de la Violencia Familiar, cuya entrada es gratuita. Más información en https://www.facebook.com/eisperuseguro.