Asociación del Taller de los niños (TANI) en tiempos de Covid.
Asociación del Taller de los niños (TANI) en tiempos de Covid.
Redacción EC

La Asociación del Taller de los Niños (TANI), que trabaja en el Perú desde 1978 buscando promover el bienestar de familias en situación de vulnerabilidad, busca ganar votos para alcanzar el premio internacional VIVA Schmidheiny 2020, del que es finalista. El galardón destaca a emprendedores sociales y organizaciones innovadoras con gran impacto positivo en América Latina y les ayuda a fortalecer la gestión de sus proyectos.

El periodo de votación es hasta al 30 de junio y quien tenga mayor cantidad de votos recibirá un premio de USD $1,500. Se puede votar por TANI ingresando a la . El ganador se conocerá el 3 de julio.

En la misma línea de VIVA, la gerente Sara Cifuentes relata la historia de solidaridad en tiempos de coronavirus que le ha tocado vivir a TANI y asegura que el premio permitirá ayudar a más familias. Su trabajo ha cambiado considerablemente desde el inicio de la cuarentena.

A continuación, la experiencia de TANI en palabras de Cifuentes:

1- La resiliencia

La ayuda alimentaria fue una de las nuevas acciones que decidimos poner en marcha. Pensamos que la mejor opción era donar alimentos crudos y que cada familia pudiera hacerlos en casa. Teníamos menestras, arroz y huevos gracias a una donación. Sin pensarlo mucho, le pasamos la voz a las familias alrededor de TANI y rápidamente lo que debía ser una entrega tranquila y pacífica se convirtió en un peligro real. El equipo tuvo que recluirse dentro del centro con decenas de mujeres que gritaban afuera que llamarían a la prensa para avisar que negábamos alimentos. Un drama para un equipo que realmente solo quería ayudar.

Aprendizaje: las cosas pueden no salir como uno espera, aunque se tengan las mejores intenciones. Parte importante de cualquier proceso es aceptar los errores (entre más rápido mejor) y plantear nuevas soluciones. La actitud resiliente es el mejor aliado. Desde el día siguiente implementamos un comedor comunitario que empezó ofreciendo comida cocinada a 10 personas y hoy alimenta a más de 70 familias diariamente.

2- El sentido de comunidad

Si bien ya habíamos decidido abrir el comedor, nos quedaban bastantes víveres que no nos servían para cocinar y no sabíamos bien cómo repartirlos. Ese mismo día en la noche, navegando en Facebook, encontré una página de vecinos de la zona en la cual nosotros trabajábamos. Era una página nueva y había sido creada por un joven que quería ayudar a su comunidad haciendo limpiezas y desinfecciones para cuidar a las personas.

Pensé que quizás la mejor opción era entregar estos víveres a un líder comunitario, que además esté demostrando valores ciudadanos increíbles y que este grupo, que tienen mapeadas las familias con mayores necesidades, hiciera las entregas directamente. Nuestro intercambio por chat duró 5 minutos y ya teníamos un plan.

En dos días, un grupo de jóvenes de la zona vino a TANI, organizó los alimentos, hicieron bolsas y aportaron aún más víveres que llevaron el fin de semana a las zonas altas del distrito donde las personas no podían bajar. Hasta el día de hoy, seguimos trabajando de forma conjunta asegurando que la ayuda llegue donde debe llegar.

Aprendizaje: el sentido de comunidad es vital para superar problemas comunes. Esta pandemia nos lleva a reflexionar sobre nosotros mismos y quiénes somos, pero también sobre la vecindad que nos rodea, sobre la comunidad a la cual pertenecemos. Debemos reforzar nuestro sentido de comunidad, convertirlo en parte activa de lo que somos y de lo que hacemos.

3- Cambiando una vida por vez

Hace algunos días, el joven con quien tomé contacto para los víveres me escribió para contarme que un amigo suyo, de la comunidad también, acababa de tener un bebé que había nacido con un problema de salud que requería un biberón especial. Casos como estos hemos tenido cientos en TANI, sabemos lo complejos que son, y la importancia de contar con un sistema de salud en ese momento para asegurar la supervivencia del bebé. Un sistema de salud que ahorita no atiende estos casos y que no lo hará en varias semanas.

Apenas me lo contó, le escribí a todo el equipo a decirles que teníamos un desafío. Que este era un caso especial que no podía ser abordado como los otros cientos de casos de recién nacidos que estábamos ayudando por WhatsApp o a través de videos. Debíamos hacer más de lo que habíamos venido haciendo.

Rápidamente identificamos los perfiles más idóneos en TANI que pudieran hacer un acompañamiento sensible, empático y profesional y organizamos la entrega de un extractor de leche. Hoy podemos decir con tranquilidad que ese bebé está fuera de peligro, que podrá lactar todos los días, que a pesar de los problemas crecerá, y estará fuerte. El trecho será largo, pero acompañar a esta familia y que el bebé esté bien, será nuestro motivo principal para seguir trabajando cada día.

El aprendizaje final:

La situación actual genera, ante todo, una gran incertidumbre. Pero si podemos tener claridad sobre algunas cosas: nuestras acciones, nuestros pensamientos y como nos relacionamos con las personas que nos rodean. Que nuestras acciones sean bondadosas y empáticas, que nuestros pensamientos sean respetuosos (con nosotros mismos y los demás) y que en la forma en la cual nos relacionamos con las personas recordemos que lo que hacemos tiene un impacto. No sabemos si será grande o pequeño. Si le cambiará la vida a alguien o solo el día. Pero si todos intentamos hacerlo un poco mejor cada día, quizás saldremos de estas terribles circunstancias mejor de lo que pensamos.

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