Esta nota forma parte del especial “Médicos venezolanos: al otro lado de la frontera”.
Esta nota forma parte del especial “Médicos venezolanos: al otro lado de la frontera”.
Mirelis Morales Tovar

Estefany Arellán se tuvo que olvidar de su profesión al llegar a Perú en el 2017. Trabajó en estéticas y salones de belleza. Incluso, fue masajista terapéutico a domicilio. Se sentía frustrada, pero tampoco tenía otra opción. No podía ejercer como doctora, porque requería de casi 700 dólares para homologar su título y el país no estaba concediendo facilidades a los más de 4 mil médicos registrados por Migraciones Perú.

El 16 de marzo del 2020 cuando se decretó la cuarentena, el Perú tenía un déficit de 24 mil médicos para afrontar la pandemia. No fue hasta entonces que el gobierno de Martín Vizcarra activó el reclutamiento de profesionales extranjeros y autorizó la contratación de aquellos que no estuvieran colegiados o no contaran con sus títulos homologados, lo cual abrió la puerta a muchos venezolanos altamente calificados.

Sin embargo, el proceso se desarrolló de manera improvisada y atropellada. “Yo me postulé, puse mis datos y un viernes por la tarde me dijeron que tenía que presentarme en una sede en la avenida Arequipa porque el vuelo salía en 45 minutos”, cuenta Estefany Arellán, quien para ese momento ya había logrado legalizar sus papeles. “Me pidieron que llevara una mochila de ocho kilos, porque iba para Lambayeque. Yo dije: No puede ser así”.

Continúo con su búsqueda y, una semana después, recibió una llamada para sumarse al equipo de EsSalud. “¿Dónde está su maleta?, me preguntaron, porque el autobús que me iba a llevar a la Villa Panamericana salía en ese momento”, relata Arellán. “Solo me explicaron que estaría 15 días trabajando, una semana de adiestramiento y una semana de descanso. Ni siquiera firmé contrato. Me comentaron que luego regularizarían todo, que necesitaban el personal”, acotó.

Así Estefany Arellán logró ejercer de nuevo la medicina y sumarse al grupo de 5.400 profesionales de la salud (1.400 médicos, enfermeras, técnicos de salud, químicos y farmacéuticos) que han estado al frente de la lucha contra la Covid-19 en Perú, a raíz de que el país decidió aprovechar el capital humano que aporta la migración. “Es bonito trabajar en lo que te gusta y es una manera de agradecer al país que te ha acogido, que está en necesidad de personal de salud y que tú puedes responder. Eso es muy satisfactorio”, comentó.

Su historia forma parte del especial “Médicos venezolanos: al otro lado de la frontera”, que explica a través de un cómic las razones que han llevado a más de 33 mil especialistas a huir del país, luego que el gobierno de Hugo Chávez desmontara el sistema de salud y construyera uno paralelo con personal médico cubano.

Este reportaje reúne cuatro historias en formato podcasts recogidas en Argentina, Colombia, Perú y Venezuela, que evidencian complicaciones en los procesos de revalidación de los títulos, condiciones de trabajo desfavorables, decisiones a favor o en detrimento de su integración según el presidente de turno, así como actos de xenofobia y discriminación.

Esta investigación estuvo a cargo de los periodistas Mirelis Morales Tovar (Venezuela), Gabriel Pecot (Argentina), Alicia Pepe (Colombia) y María José Vargas (Perú), bajo la coordinación editorial de la periodista Ginna Morelo. El especial “Médicos venezolanos: al otro lado de la frontera” es el resultado del taller “Refugiados y Migrantes: cómo cubrir el caso venezolano”, que auspició la Fundación Gabo y Acnur.

Link del especial médicos migrantes:

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