La playa Los Yuyos fue ayer nuestra primera parada. Eran las 7 de la mañana y en este balneario de Barranco se observaba a jóvenes en pie, aún celebrando la llegada del 2018. Otros estaban desvanecidos sobre la arena, luego de una noche de diversión frente al mar. A esa hora, esta playa y Agua Dulce, en Chorrillos, comenzaban a llenarse de veraneantes, entre ellos grupos de venezolanos que realizaron juegos a la orilla del mar.
Con el paso de las horas, ambos lugares estaban abarrotados de gente, sillas, sombrillas y mucha basura regada en la arena.
Más al sur, en las calles de Punta Hermosa, San Bartolo y Santa María del Mar, también hubo movimiento desde temprano: jóvenes que salían de las fiestas de Año Nuevo y se dirigían a las playas, aprovechando el sol del 1 de enero.
En estos balnearios, las municipalidades controlaron el ingreso de alimentos y bebidas alcohólicas.
Durante la jornada, el tráfico se complicó en la Panamericana Sur y en la Costa Verde. En esta última vía, cerca de las 11 de la mañana, cuatro vehículos chocaron a la altura de Barranco. No hubo heridos.
Según la Municipalidad de Lima, unos 170 mil vehículos se trasladaron hacia el sur entre el 29 de diciembre y el 1 de enero. La comuna y la concesionaria Rutas de Lima –que administra la Panamericana Sur hasta Pucusana– aplicaron un plan para acelerar el tránsito vehicular y brindar mayor seguridad a lo largo de los 54 kilómetros de carretera. El plan se extenderá durante el verano.
Pero no todo fue diversión en el primer día del año, ya que dos personas fallecieron ahogadas. Según la Unidad de Salvataje de la Policía Nacional, uno de los decesos ocurrió en la playa Cerro Azul, en Cañete. La víctima era un joven que había acampado junto a otros chicos en ese balneario. El otro caso ocurrió en la playa Yauyos, en Chilca, donde un cuerpo fue encontrado en el mar.
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