Jorge Malpartida Tabuchi

Que la guía de turismo diga que el distrito de “Barranco es la cuna de Mario Vargas Llosa y Abraham Valdelomar” no es lo más grave que sucederá durante este recorrido en un bus panorámico. Cuando uno viaja en un vehículo descapotable de dos niveles que se balancea en cada curva o rompemuelles, a lo último que teme es a los datos inexactos.

A lo largo de este tour de más de cuatro horas por el Cercado de Lima, Miraflores, Barranco y Chorrillos, los 35 pasajeros que tienen sus cuerpos expuestos en el segundo piso del bus deben esquivar cables de alumbrado público y telefonía, carteles publicitarios y ramas de árboles para no salir heridos. Durante el trayecto, que incluye paradas en el Parque del Amor, el Puente de los Suspiros y el Salto del Fraile, también habrá que agachar la cabeza para no golpearse con un puente bajo o un ‘by-pass’.

Según los registros de la Municipalidad de Lima, la empresa que brinda servicios mediante este bus es Yesumi Tours. Esa compañía, desde enero de este año, está autorizada por la comuna metropolitana para prestar el servicio de transporte turístico de pasajeros en la provincia de Lima. La Gerencia de Transporte Urbano (GTU) de la municipalidad informa que entre el 2015 y el presente año autorizó a 93 empresas en ese rubro. De estas, nueve tenían buses panorámicos en su flota, los cuales hacen circuitos hacia varios distritos.

Las rutas utilizadas por estas empresas no tienen ningún tipo de orden ni regulación. Luego de captar a sus clientes en la Plaza de Armas, recogen a los pasajeros en los jirones Callao y Caylloma y después los trasladan por un tour diseñado según las circunstancias del día. Susana Chávez, quien se presentó como una de las “socias” de Yesumi Tours, cuenta que el conductor se “las ingenia” para dar el servicio por donde sea más “seguro”. “Cuando el chofer ve que un árbol está muy bajo, cambia de carril y esquiva el obstáculo”, explica.
Además, Chávez indica que como una medida de prevención en el segundo nivel del bus hay una cámara de video que monitorea los movimientos de los pasajeros. “Hay un acompañante que advierte a las personas que no deben estar de pie mientras el automóvil avanza”, dice.

Sin embargo, durante el recorrido realizado no hubo ningún asistente en el segundo piso y el único aviso para que nos colocáramos el cinturón de seguridad y permaneciéramos sentados se hizo cuando iniciamos el retorno hacia Lima por la Costa Verde.

181 vehículos

turísticos fueron intervenidos por la comuna de Lima. De este grupo, a 29 se les inició un proceso sancionador por no tener autorización.

—Investigan a empresas—
Transitar por una ruta con riesgos es una infracción al Código de Protección y Defensa del Consumidor. Milagros Pozo, gerenta de supervisión y fiscalización del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), informa que si una empresa que opera buses descapotados recorre zonas con obstáculos que puedan dañar a los pasajeros se atenta contra el deber de resguardar la salud y seguridad del consumidor. La sanción para esta falta va desde una amonestación hasta una multa de 470 UIT (casi S/2 mlls).

Indecopi ya investiga a nueve empresas de buses panorámicos que operan en Lima para verificar si su servicio es idóneo y seguro. Se verifica si los carros tienen permisos de circulación, SOAT, certificado de inspección técnica, etc.

—Exceso de velocidad—
Indecopi también corroborará si los buses de estas empresas viajan a excesiva velocidad. Esta verificación se hace a raíz del accidente en el cerro San Cristóbal en julio pasado, en el que 10 personas murieron por la caída de un bus panorámico. El carro de la empresa Green Bus, que contaba con exceso de peso, aceleró por una pista angosta y se desbarrancó.

El límite de velocidad en calles y jirones es 40 km/h. Durante el recorrido realizado por El Comercio, el bus panorámico se movilizó en unos tramos del malecón de Miraflores y Chorrillos a 57 km/h, lo cual hizo que la carrocería se bamboleara pese a estar en una recta.

En el Paseo Billinghurst, el velocímetro bajó a 20 km/h, pero avanzamos por un camino de subidas y bajadas que inquietaron a quienes estaban sin el cinturón puesto. En la zona de La Herradura, el bus pasa por un túnel de poca altura. Si alguien hubiera estado de pie, se habría golpeado la cabeza contra las rocas.

Incluso, en la Costa Verde el vehículo se movilizó a 72 km/h. Aunque el límite de velocidad en esta vía es 80 km/h, Luis Quispe, director de la ONG Luz Ámbar, advierte que un vehículo de dos pisos no debería superar los 45 km/h. “No existe un reglamento de transporte turístico que regule la velocidad y las rutas de los buses. Esta es una competencia de la Municipalidad de Lima, pero existe una omisión de las autoridades”, dice Quispe.

La GTU indica que se está creando un proyecto de ordenanza para regular el transporte turístico. Además, han pedido a las comunas distritales que evalúen las vías de acceso a los sitios turísticos para identificar posibles riesgos.

No están regulados los detalles técnicos
El presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), Fredy Gamarra, indica que tampoco están reguladas las características técnicas de los buses panorámicos, las cuales determinan cuál debe ser el peso máximo, las dimensiones y el tipo de frenos, llantas y amortiguación por utilizarse en los carros para que los pasajeros no corran riesgos.

“Ante ese vacío legal a veces se modifica el chasís que está diseñado para un ómnibus de un solo piso y luego es adaptado para que tenga un segundo nivel. Bajo estas condiciones, es difícil que los vehículos tengan un certificado de garantía del fabricante”, precisa Gamarra.
En el Perú tampoco existen normas de calidad que regulen estas modificaciones en los vehículos.

Por ello, Canatur se reúne con representantes de la comuna metropolitana para que se elabore una norma técnica y un reglamento que permita ordenar y regular el servicio de buses turísticos.

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