ArtBo 2015: Vivir el arte en Bogotá
ArtBo 2015: Vivir el arte en Bogotá

ALBERTO SERVAT

La feria ha crecido. No solamente en cantidad de galerías, expositores y convocatoria. Han crecido las expectativas que apuntan a convertir ArtBo en la feria de arte más importante de América Latina. 84 galerías de 33 ciudades del mundo participaron en ella este año. La sección principal albergó a 69 de ellas, las restantes fueron parte de otras secciones. Pero más allá de los números, hay un intento por dejar de lado la visión únicamente económica para convertir esta feria en un espacio de gran exigencia artística. ¿Es lo correcto? Tal vez se está dejando de lado la esencia misma de una feria. O tal vez no.

Sobre este tema y otros vinculados a la realidad cultural peruana, conversamos con tres representantes de las galerías locales que participaron en ArtBo 2015: Irene Tomatis, al frente de la galería Lucía de la Puente; Frances Wu, directora de Wu Ediciones; y Claudia Pareja, directora de la galería González y González.

Después de cuatro participaciones, la galería Lucía de la Puente tiene un profundo conocimiento de los alcances de esta feria. “Hemos desarrollado una importante relación con los coleccionistas y organizadores”, nos cuenta Irene Tomatis. “El nivel de la feria es muy bueno, intervienen muchas galerías importantes del mercado latino y de otras regiones, con propuestas sólidas. Si bien creo que hay una homogeneidad, cada galería mantiene su identidad”.

Para Claudia Pareja esta es su primera experiencia en ArtBo. Ella afirma que lo más sorprendente ha sido el nivel del compromiso del coleccionista local con la feria: “Desde presentarse a los galeristas e interesarse por los artistas hasta abrir las puertas de sus colecciones para que los visitantes extranjeros las puedan apreciar de cerca. De arranque te das cuenta de que tienen invertido mucho más que dinero en el producto cultural. Les interesa que Bogotá sea el epicentro cultural al menos mientras dure el evento”.

Frances Wu dice que esta feria disputa el lugar como la más importante en Latinoamérica con la mexicana Maco. “Su relevancia es muy alta. Lo notas cuando ves quiénes seleccionan las obras y quiénes exhiben. La feria ha crecido e incorporado muchas más galerías. Mira nada más el tamaño de la feria, las comodidades que ofrecen a los exhibidores y a los visitantes”, acota Wu.

El mensaje de la feria es claro, tal como lo precisó su directora María Paz Gaviria: “Cada vez más el modelo único de la feria gana un mayor reconocimiento mundial y su posicionamiento como la feria de mejor calidad en América Latina es más contundente”.

UNA FERIA EJEMPLAR
Sin duda, un espacio tan bien organizado y en el que participa no solamente la organización central de la feria, sino también la Cámara de Comercio de Bogotá, el gobierno de la ciudad y una población volcada a las actividades culturales, les sirve de ejemplo a los que intentan crear espacios parecidos en Lima, como son las ferias PArC y Art Lima.

“Bogotá invierte mucho invitando coleccionistas, representantes de museos y periodistas de todo el mundo”, anota Claudia Pareja. “Así se fomentan el intercambio, los contactos y la atención en los artistas”.

De otro lado, la convocatoria de un público cada vez más amplio es un aspecto destacable para Irene Tomatis: “Me llama la atención el público joven que viene. Tiene un interés genuino por las obras y los artistas. Siempre quieren saber más, conocer el concepto, lo que origina la obra”.

Frances Wu considera que la valla que deja ArtBo es alta: “Lo percibes al ver las propuestas innovadoras de los galeristas. Huyen del arte fácil o decorativo de las ferias de Miami”. Para Wu, es valiosa esa exigencia artística que trasciende la idea comercial que acompaña a las ferias.

Pero este parecer nos conduce hacia una antigua discusión: ¿es una feria un mercado de arte o un espacio de exploración del arte? Algunos señalan que ArtBo intenta parecerse más a una bienal porque se aleja del mercado y se introduce en una búsqueda artística. “Puede ser”, afirma Frances Wu. “El problema es que es un tema contradictorio. Una feria tiene un sentido decididamente comercial. Pero ArtBo también se propone buscar propuestas de vanguardia. El desafío es crear un balance entre ambas partes. Eso hace que ArtBo sea valiosa”.

Irene Tomatis también considera que ArtBo es una feria que intenta alcanzar un nivel de excelencia artística que no tienen otros espacios de la región. “Como que busca una ‘bienalización’ de la feria, concentrándose en el nivel curatorial e institucional. El reto, claro está, es que el nuevo público entienda el espacio como una gran exposición y también como una oportunidad de adquirir arte”, puntualiza.

EL RETO
La presencia peruana en ArtBo no pasó desapercibida. Cuatro galerías nacionales nos representaron. Es más, Juan Diego Tobalina es el autor de un trabajo presentado en la prestigiosa sección Solo Projects, mientras que otros de nuestros artistas fueron convocados por galerías internacionales. Este significativo intercambio tiene que traducirse en un trabajo conjunto que lleve nuestra realidad cultural a niveles mayores.

ArtBo deja una lección clara que puede ayudar a mejorar el camino emprendido por las jóvenes ferias peruanas. “Estamos avanzando y las dos ferias son resultado de un esfuerzo inmenso”, dice Claudia Pareja. “De otro lado, si ArtBo es lo que es ahora se debe a años de trabajo. Y también porque cuenta con el apoyo de grandes instituciones como la Cámara de Comercio de Bogotá. El Gobierno tiene una política cultural que promueve en todos los niveles. De pronto, toda la población está involucrada con la feria. Eso es lo que nos hace falta”.

Frances Wu cree que tenemos que enfatizar el nivel artístico. “Nos falta curaduría, en primer lugar. Nos falta también buscar locales adecuados que nos ofrezcan más que cubículos de ventas. No me parece que las ferias deban realizarse en los museos y las escuelas militares. Hay un problema ideológico en meter una feria en un instituto militar. Los organizadores de nuestras ferias deben hallar un escenario adecuado y adaptarlo a sus necesidades. Lo que sucede hoy es lo contrario”.

ArtBo cerró sus puertas el pasado domingo 4 de octubre tras un éxito de convocatoria con cerca de 35 mil visitantes. Sin duda, se ha trazado una ambiciosa meta que está a punto de cumplirse.

TAGS

Contenido sugerido

Contenido GEC